Reportaje:SALUD PÚBLICA

El 'piercing', una actividad de riesgo

Escasa regulación sanitaria en una moda cuyas técnicas pueden causar infecciones

El piercing, una moda que cada vez tiene más adeptos, puede ser peligroso para la salud. El agujereado y la colocación de bisutería en labios, nariz, párpados, ombligo, pezones o genitales está generando una enorme variedad de lesiones e infecciones, algunas graves. En la literatura médica hay documentados casos de desgarros e inflamaciones, lesiones en los pezones y la uretra, amputaciones de orejas secundarias a una infección y algún que otro caso raro y casi literario. Cuando no se practica en condiciones higiénicas adecuadas puede causar infecciones tan graves como la hepatitis B y ...

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El piercing, una moda que cada vez tiene más adeptos, puede ser peligroso para la salud. El agujereado y la colocación de bisutería en labios, nariz, párpados, ombligo, pezones o genitales está generando una enorme variedad de lesiones e infecciones, algunas graves. En la literatura médica hay documentados casos de desgarros e inflamaciones, lesiones en los pezones y la uretra, amputaciones de orejas secundarias a una infección y algún que otro caso raro y casi literario. Cuando no se practica en condiciones higiénicas adecuadas puede causar infecciones tan graves como la hepatitis B y C, e incluso el tétanos.

A pesar de estos riesgos, la regulación de las normas sanitarias que deben seguir los locales que practican piercing y tatuajes es escasa. Únicamente la comunidad catalana ha emitido una normativa específica para este tipo de centros. En el resto de España, la regulación se limita a unos cuantos artículos incluidos en normativas más generales, que dejan a los usuarios de esta actividad desprotegidos frente a las prácticas negligentes, que abundan en este sector.

Garantizar la higiene y la seguridad necesarios es el principal objetivo de la normativa aprobada por la Generalitat, que entró en vigor el pasado mes de enero. El decreto regula las condiciones sanitarias que deben reunir las instalaciones. Obliga también a desinfectar y esterilizar todo el instrumental que se use para realizar las punciones y regula además el tipo de material que está permitido utilizar.

Los profesionales del piercing están obligados además a seguir cursos homologados de formación de como mínimo 15 horas. El objetivo de este requisito legal es asegurar que los profesionales tienen un nivel de conocimiento suficiente sobre cómo realizar estas técnicas, cuyos instrumentos entran en contacto con la sangre del usuario y, por tanto, pueden transmitir todo tipo de infecciones, desde las que responden a antibióticos hasta el sida.

Manel Llorens, director del programa de gestión Intracente de la Generalitat, afirma que 'el resto del España irá entrando en la misma dinámica normativa que Cataluña'. Llorens considera que la regulación de esta actividad es totalmente necesaria dada la gran cantidad de usuarios que tienen estas técnicas. Tomás García, que trabaja en LTW, en el centro de Barcelona, donde se hacen piercings y tatuajes desde hace cuatro años, considera positiva la normativa, pero cree que es muy difícil garantizar que todos los locales la cumplan: 'El que tiene problemas de higiene porque es descuidado, lo seguirá siendo', afirma.

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