Reportaje:

La cárcel de arena de Argelès

La localidad rosellonesa homenajea a los republicanos que sufrieron reclusión

Las playas de Argelès-sur-Mer, en el Rosellón, eran por estas fechas, hace 62 años, un inhóspito campo de concentración donde se agolpaban los refugiados republicanos que se habían visto forzados a tomar el camino del exilio. Hasta 100.000 refugiados fueron conducidos, a menudo a golpes de sable, hasta esta cárcel de arena delimitada por una triple alambrada y un mar amenazante. La asociación Fils et Filles de Républicains Espagnols et Enfants de l'Exode (FFREEE), que lucha por mantener vivo el recuerdo de la diáspora republicana, citó ayer sobre la misma playa de Argelès a todos cuantos sufr...

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Las playas de Argelès-sur-Mer, en el Rosellón, eran por estas fechas, hace 62 años, un inhóspito campo de concentración donde se agolpaban los refugiados republicanos que se habían visto forzados a tomar el camino del exilio. Hasta 100.000 refugiados fueron conducidos, a menudo a golpes de sable, hasta esta cárcel de arena delimitada por una triple alambrada y un mar amenazante. La asociación Fils et Filles de Républicains Espagnols et Enfants de l'Exode (FFREEE), que lucha por mantener vivo el recuerdo de la diáspora republicana, citó ayer sobre la misma playa de Argelès a todos cuantos sufrieron la dureza de la reclusión en el campo. Siguiendo el lema 100.000 luces para 100.000 refugiados, los ancianos republicanos, sus amigos y descendientes iluminaron la playa durante la noche con pequeñas linternas. Precedieron a este acto mesas redondas y homenajes a las víctimas del campo. También fueron recordados los pocos ciudadanos franceses que, actuando a contracorriente, ofrecieron ayuda a los republicanos. Entre éstos cabe destacar a Elisabeth Eidenbenz, que creó una maternidad en Elne donde fueron acogidos hasta 600 niños. También muchos de estos 'niños tristes que no sabían reír ni jugar', según los definió uno de los enfermeros del centro, convertidos ya en hombres y mujeres, acudieron a la cita de Argelès.

La asociación FFREEE es consciente de que su tarea consiste en hacer recordar a los franceses una página oscura de su historia. Entre sus objetivos inmediatos se encuentra la sustitución, en el monolito que recuerda la existencia del campo, de la palabra internamiento por la de concentración. 'Es una cuestión semántica, pero es importante para que la gente se de cuenta de que no había diferencia entre éste y otros muchos campos de ocncentración', explica Jean Pierre López, miembro de la asociación, hijo y nieto de un internado que acabó enraizando su vida en Francia.

Un republicano exiliado ante el monolito que recuerda a los compañeros fallecidos.CARLES RIBAS
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