Un centro concertado obliga a sus alumnos a realizar y pagar actividades voluntarias

Educación remitió el pasado 11 de abril, tras recibir la denuncia de una madre, una carta al colegio Mirasierra (un centro con casi 300 alumnos y con concierto desde 1997) en la que se notificaba que no se podía 'obligar a los alumnos a participar en clase de natación, debiendo recibir [los estudiantes que no quisieran participar en esa clase] otro tipo de actividad física'. Y es que la natación, que había sido aprobada por el consejo escolar, estaba programada una vez al mes, entre las once y las doce de la mañana, como alternativa a la clase de gimnasia. De los 27 alumnos de sexto de la ESO ...

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Educación remitió el pasado 11 de abril, tras recibir la denuncia de una madre, una carta al colegio Mirasierra (un centro con casi 300 alumnos y con concierto desde 1997) en la que se notificaba que no se podía 'obligar a los alumnos a participar en clase de natación, debiendo recibir [los estudiantes que no quisieran participar en esa clase] otro tipo de actividad física'. Y es que la natación, que había sido aprobada por el consejo escolar, estaba programada una vez al mes, entre las once y las doce de la mañana, como alternativa a la clase de gimnasia. De los 27 alumnos de sexto de la ESO había tres que no querían participar.

Las actividades extraescolares tienen, según un real decreto de 1995, 'carácter voluntario y no lucrativo'. Los precios necesitan por ello autorización expresa de la Dirección del Área Territorial de Educación.

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Pero la actividad 'irregular' en el Mirasierra no se ciñó a la natación. La inspección descubrió que el centro pedía 4.000 pesetas anuales para la asociación de padres -'sin que quedase suficientemente claro la voluntariedad de pertenencia a la misma'-, y que cuando los padres iban a matricular a sus hijos tenían que abonar otras 12.000 pesetas en concepto de gabinete médico psicológico, 'a pesar de que esos servicios iban a disfrutarse el curso siguiente'. Eso fue interpretado por algunas familias como una tasa para reserva de plaza. El colegio cobraba además 5.800 pesetas mensuales para que los chavales pudieran permanecer en sus instalaciones una hora más. Aunque estos honorarios habían sido acordados por la asociación de padres, la consejería no les había dado su visto bueno.

El director general de Centros, Amador Sánchez, ordenó el pasado septiembre la celebración de una comisión de conciliación en el colegio. Allí se acordó suspender el cobro de toda actividad complementaria mientras no se cuente con la preceptiva autorización, así como retrasar el cobro de la tasa de 12.000 pesetas hasta formalizar las matrículas.

'Son prácticas generalizadas en los colegios concertados', afirma Eulalia Vaquero, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres Francisco Giner de los Ríos. 'Te obligan a pagar las actividades extraescolares y una cuota para la asociación de padres. Y, como saben que no pueden hacerlo, si te niegas, te hacen la vida imposible hasta que te vas'.

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