IU e Iniciativa per Catalunya pactan una oposición común en el Congreso

Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya, dos antiguos socios enfrentados en los últimos cuatro años, han decidido reconstruir poco a poco sus acuerdos de colaboración. El primer paso, decidido ayer en una reunión entre sus máximos dirigentes, Gaspar Llamazares y Joan Saura, será el de hacer una oposición común en el Congreso. Ambos líderes pactaron coordinarse en asuntos como la Ley de Extranjería, el Plan Hidrológico, vacas locas, financiación autonómica y reforma de la justicia.

Poco a poco, Izquierda Unida está desandando gran parte del camino andado en los últimos a...

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Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya, dos antiguos socios enfrentados en los últimos cuatro años, han decidido reconstruir poco a poco sus acuerdos de colaboración. El primer paso, decidido ayer en una reunión entre sus máximos dirigentes, Gaspar Llamazares y Joan Saura, será el de hacer una oposición común en el Congreso. Ambos líderes pactaron coordinarse en asuntos como la Ley de Extranjería, el Plan Hidrológico, vacas locas, financiación autonómica y reforma de la justicia.

Poco a poco, Izquierda Unida está desandando gran parte del camino andado en los últimos años, plagados de rupturas, expulsiones y enfrentamientos. Primero fueron los sindicatos -la relación con la nueva dirección de Comisiones Obreras es, según todas las fuentes, completamente distinta a la etapas anteriores y de acuerdo casi total- y ahora llegan los antiguos socios. Incluso se está planteando la posibilidad de recuperar a una parte de Nueva Izquierda, a ese 30%, según los pronósticos, de militantes de este partido que no quieren incorporarse al PSOE, tal y como ha decidido su dirección.

La reunión de ayer entre Llamazares y Saura -ya se habían encontrado en Barcelona el pasado diciembre- sirvió para poner una fecha de inicio a una nueva etapa de relaciones entre ambas fuerzas. Éstas quedaron rotas el 27 de septiembre de 1997, cuando Julio Anguita, apoyado por una estrecha mayoría, decidió expulsar a Nueva Izquierda, romper relaciones con Esquerda Galega, disolver las direcciones de Cantabria y Castilla-La Mancha y crear un nuevo referente alternativo a IC en Cataluña. Si las heridas no se han curado del todo en esta comunidad, sobre todo entre la militancia, según Llamazares, sí parece que en Madrid, en el Parlamento, los tonos son muy distintos.

Saura y Llamazares se comprometieron a mantener una reunión semanal para ver los asuntos pendientes en el Parlamento y aunar sus fuerzas, aunque escasas -IU tiene ocho diputados e IC sólo cuenta con el escaño del propio Saura-. Pero no quieren quedarse ahí. Ambos grupos pretenden además incluir en una especie de unión de izquierdas alternativas a otros partidos importantes, aunque con poca representación parlamentaria. Éstos son básicamente tres: el Bloque Nacionalista Galego (3 diputados), la Chunta Aragonesista (1) y Esquerra Republicana de Catalunya (1). La prioridad es el recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Extranjería. Ambos dirigentes acordaron iniciar una recogida conjunta de firmas de diputados y llevar al Constitucional el escrito aunque no logren las 50 que la ley prescribe.

En otros asuntos, como la oposición al Plan Hidrológico Nacional, en la que también hay acuerdo, no están tan solos, porque cuentan con el apoyo del PSOE. Y en cuanto a la Ley de Extranjería, al margen de la recogida de apoyos, ambas formaciones se dedicarán a presionar allá donde puedan a los socialistas para que les apoyen. Otros asuntos en los que también hay una posición casi unitaria son la oposición a las reformas educativas que pretende el Gobierno y el intento de bloquear los aspectos del nuevo reglamento del Congreso que les perjudiquen.

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