LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

El ministro marroquí de Justicia rechaza la expulsión de indocumentados, pero acepta su regreso voluntario

El ministro marroquí de Justicia, Omar Azziman, rechazó ayer la expulsión de inmigrantes irregulares de España, pero aceptó que se pueda fomentar el regreso voluntario a su país de origen.

Azziman fue así el primer miembro del Gobierno de Marruecos que accedió a comentar la oferta de convenio laboral que el ministro del Interior español, Jaime Mayor, ha propuesto a las autoridades de Rabat. Para empezar a discutirlo, Mayor se entrevistó el 20 de enero en Rabat con su homólogo Ahmed Midaui.

Aunque el convenio no menciona a los marroquíes que se encuentran en España en situación ir...

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El ministro marroquí de Justicia, Omar Azziman, rechazó ayer la expulsión de inmigrantes irregulares de España, pero aceptó que se pueda fomentar el regreso voluntario a su país de origen.

Azziman fue así el primer miembro del Gobierno de Marruecos que accedió a comentar la oferta de convenio laboral que el ministro del Interior español, Jaime Mayor, ha propuesto a las autoridades de Rabat. Para empezar a discutirlo, Mayor se entrevistó el 20 de enero en Rabat con su homólogo Ahmed Midaui.

Aunque el convenio no menciona a los marroquíes que se encuentran en España en situación irregular -evaluados entre 30.000 y 50.000-, Azziman dijo, en declaraciones a la Cadena SER, que a esos compatriotas suyos 'no se les puede expulsar salvo en circunstancias excepcionales en que hayan cometido delitos o infracciones de ese tipo'.

Irregulares o no, 'los marroquíes que viven fuera están viviendo en países de derecho, tienen sus leyes, tienen sus deberes y los cumplen bien, también tienen sus derechos', añadió Azziman para justificar su rechazo a la expulsión. 'El hecho de reconocer a los extranjeros una situación inferior a los demás ciudadanos', dijo, 'no me parece una buena solución desde el punto de vista de los derechos humanos, de los valores que tenemos en común'.

El ofrecimiento español a Rabat sí prevé, en cambio, que se ayude a reinsertar a aquellos marroquíes residentes en España que por alguna razón (vencimiento de su contrato, deseo de montar una empresa...) tengan la intención de volver a su país. 'Si es un gesto voluntario, bienvenidos los marroquíes que quieran volver a Marruecos', afirmó el ministro.

Aunque la primera oferta española llegó a Rabat en noviembre de 2000, el Gobierno que encabeza el socialista Abderramán Yussufi aún no ha contestado. La lentitud de su respuesta contrasta, por ejemplo, con la diligencia del Ejecutivo de Ecuador en aceptar una propuesta similar.

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Azziman, que pidió la regularización de los encerrados en iglesias de Barcelona, desmintió también que Marruecos no trate de impedir la emigración ilegal hacia España desde sus costas septentrionales. 'Se han desarrollado esfuerzos muy importantes en este ámbito por todas las fuerzas del orden. Eso no quiere decir que Marruecos pueda permitirse el lujo de tener todas sus playas controladas cada tres metros, es imposible'.

El ministro estableció, por último, una diferencia entre zonas de España, como Cataluña, donde a la inmigración marroquí se la trata con 'humanidad', con otras regiones mediterráneas 'donde la situación es mala'.

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