Un ex empleado asesina a cuatro trabajadores y se suicida en EE UU

Un antiguo empleado de una fábrica de motores y camiones de Chicago, despedido hace seis años por robar, volvió ayer a la planta armado hasta los dientes y abrió fuego contra sus antiguos compañeros. Cuatro murieron en el acto, dos sufrieron heridas que anoche les mantenía al borde de la muerte y otros dos vivirán para contarlo. El agresor se suicidó. Hoy debía ingresar en prisión para cumplir cinco meses de condena por los robos de 1993 y 1994.

William Baker, de 66 años, trabajó toda su vida en Navistar, un fabricante de camiones, autobuses y motores diesel que tiene una planta a una v...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Un antiguo empleado de una fábrica de motores y camiones de Chicago, despedido hace seis años por robar, volvió ayer a la planta armado hasta los dientes y abrió fuego contra sus antiguos compañeros. Cuatro murieron en el acto, dos sufrieron heridas que anoche les mantenía al borde de la muerte y otros dos vivirán para contarlo. El agresor se suicidó. Hoy debía ingresar en prisión para cumplir cinco meses de condena por los robos de 1993 y 1994.

William Baker, de 66 años, trabajó toda su vida en Navistar, un fabricante de camiones, autobuses y motores diesel que tiene una planta a una veintena de kilómetros de Chicago. En 1994, tras 39 años en nómina, Baker fue despedido al descubrirse su participación en el robo de motores y otras piezas, que trasladaba con su carretilla mecánica hasta la furgoneta en las que las sacaba de la planta otro trabajador. En total, el valor de los robado entonces alcanzó los 195.400 dólares (unos 34 millones de pesetas).

El pasado mes de junio, Baker fue juzgado y condenado a cinco meses de prisión, que deberían ser seguidos por otros cinco de arresto domiciliario más la devolución del coste de lo sustraído. En el año 1997 fue juzgado por mantener relaciones sexuales con una persona menor de 18 años.

Pistola en mano

Baker se presentó ayer por la mañana (hora de Estados Unidos) en la planta de Navistar y alegó ante la guarda que controlaba el acceso que debía recoger unos objetos de su propiedad. Al negársele el paso, Baker sacó una pistola y forzó a la agente a que le llevara en coche hasta la planta de motores diesel.

'Oí a alguien que decía: '¡Hay un tío en el pasillo central con un arma!'', comentó un testigo que trabajaba en la sección. 'Al principio no lo creí', dijo. Luego vio a gente correr y también él salió huyendo justo antes de empezar a escuchar disparos. Baker, armado con un fusil kalashnikov, un rifle, una pistola y alguna otra arma, además de numerosa munición, fue dueño de la situación durante unos doce minutos. Disparó a discreción. Los testigos aseguran que fue un milagro que no se produjera una matanza. Acabó con tres personas, hirió gravemente a dos y de forma leve a otras dos antes de entrar en un despacho y matar a su ocupante. Allí mismo, Baker volvió el arma contra sí y se mató. Anoche no se había revelado la identidad de todas las víctimas.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Navistar es el segundo fabricante norteamericano y cuarto del mundo de camiones pesados y otros vehículos de motor, que comercializa bajo la marca Navistar International, y fabrica también motores para otras empresas. La compañía da trabajo a unas 17.000 personas en Estados Unidos, Canadá, México y Brasil y en agosto anunció el despido de 1.100 empleados, aunque ninguno de ellos en la planta de Chicago, donde da ocupación a unos 1.400

El ataque de ayer se produce menos de dos meses después de uno similar que costó siete vidas en Massachusetts.

Archivado En