El agua del Ebro sólo llegará cuando Aragón tenga 32 nuevos pantanos

El acuerdo alcanzado el lunes en el seno del Consejo Nacional del Agua establece que el trasvase de aguas del Ebro queda supeditado a la consecución de las obras previstas en el Pacto del Agua de Aragón. Cuando todos los partidos políticos de Aragón firmaron el acuerdo, el coste de las obras se estimó en 200.000 millones, una cantidad que una década después se dispara al alza. Pero no es menor el problema de los plazos; una previsión optimista exigiría seis años para ejecutar 15 grandes embalses y 17 presas de menor tamaño, que deberían permitir acumular 6.550 hectómetros cúbicos de agua.
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El acuerdo alcanzado el lunes en el seno del Consejo Nacional del Agua establece que el trasvase de aguas del Ebro queda supeditado a la consecución de las obras previstas en el Pacto del Agua de Aragón. Cuando todos los partidos políticos de Aragón firmaron el acuerdo, el coste de las obras se estimó en 200.000 millones, una cantidad que una década después se dispara al alza. Pero no es menor el problema de los plazos; una previsión optimista exigiría seis años para ejecutar 15 grandes embalses y 17 presas de menor tamaño, que deberían permitir acumular 6.550 hectómetros cúbicos de agua.

La Junta de Aragón mantiene su desconfianza hacia el compromiso adquirido por el Gobierno que tendrá rango de ley cuando se apruebe el plan hidrológico y mantiene su radical oposición a un proyecto estatal que sólo considera trasvasable el agua del Ebro.

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La incorporación del Pacto del Agua al plan hidrológico debilita la posición contraria de los aragoneses, pero supone un serio contratiempo para los intereses valencianos. Sin embargo, Fernando Modrego, consejero de Medio Ambiente, se mostró optimista y aseguró en Alicante que todas las obras se ejecutarán de 'forma paralela' y los compromisos adquiridos por el Gobierno con Aragón no dilatarán los plazos previstos para el trasvase del Ebro, cuyas aguas deberían empezar a regar las tierras valencianas alrededor de 2008.

El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, por su parte, colocó la primera piedra de la nueva depuradora de Pinedo y aprovechó el acto para apelar al consenso de todos los valencianos en torno al PHN.

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