Tribuna:COYUNTURA ESPAÑA

Época de rebajas

Los indicadores conocidos esta semana parecen estar en sintonía con la época de rebajas iniciada al comienzo del año. Las ventas de automóviles de turismo en diciembre fueron un 21,4% inferiores a las del mismo mes del año anterior, aunque esta fuerte caída se explica en parte por el efecto anuncio de la rebaja de la fiscalidad para determinados vehículos y compradores a partir de enero de este año. Las disponibilidades de bienes de consumo mantienen una pronunciada tendencia a la baja, registrando tasas negativas en los tres últimos meses hasta octubre. La cartera de pedidos de las empresas i...

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Los indicadores conocidos esta semana parecen estar en sintonía con la época de rebajas iniciada al comienzo del año. Las ventas de automóviles de turismo en diciembre fueron un 21,4% inferiores a las del mismo mes del año anterior, aunque esta fuerte caída se explica en parte por el efecto anuncio de la rebaja de la fiscalidad para determinados vehículos y compradores a partir de enero de este año. Las disponibilidades de bienes de consumo mantienen una pronunciada tendencia a la baja, registrando tasas negativas en los tres últimos meses hasta octubre. La cartera de pedidos de las empresas industriales, tanto de bienes de consumo como de equipo, disminuyó notablemente en noviembre. Todo ello muestra una significativa desaceleración de la demanda interna, especialmente del consumo de los hogares.

En cambio, la demanda externa mejora. Las exportaciones de mercancías mantuvieron en octubre su elevado ritmo de crecimiento, del orden del 12,5% en volumen, mientras que las importaciones, en coherencia con el debilitamiento de la demanda interna, moderan su avance a una tasa del orden de la mitad de esa cifra, lo que implica una aportación positiva del comercio exterior al crecimiento del PIB. No obstante, esta mejora no parece ser suficiente para compensar el menor crecimiento del consumo y de la inversión, por lo que el PIB desacelera su ritmo. Ello se deduce de los indicadores de actividad y producción y del mercado laboral.

Aunque aún falta un mes para conocer los resultados de la EPA del cuarto trimestre, se puede prever una desaceleración del empleo a partir de la estadística de afiliaciones a la Seguridad Social, que en el cuarto trimestre crecieron un 4,6% respecto al mismo periodo del año anterior, frente a tasas superiores al 5% hasta el tercero. En la misma línea se sitúa el dato del paro registrado de diciembre. En este mes, y por motivos estacionales relacionados con la campaña navideña, el paro suele descender significativamente. Este año, sin embargo, el descenso ha sido de sólo 500 personas, frente a casi 10.000 un año antes. En cuanto a los contratos totales registrados en este mes, su número fue inferior en un 9,5% a los del mismo mes del año anterior, siendo la caída de los de carácter indefinido aún mayor, un 13,6%.

Pero no todo ha ido mal. La inflación ha iniciado ya en diciembre la tendencia a la baja que comentamos en las columnas anteriores. Como consecuencia del descenso de los precios de los combustibles y carburantes, la tasa interanual del IPC bajó una décima, situándose en el 4%, a pesar de que los precios de los alimentos se aceleraron como consecuencia del efecto de las vacas locas sobre los precios de las carnes distintas del vacuno. En enero, las bajadas de los combustibles y de la factura eléctrica aseguran un nuevo descenso de la inflacion de otras dos o tres décimas (quizás más si se siguen produciendo bajadas en lo que resta del mes). En definitiva, el proceso de ajuste y de desaceleración del crecimiento se está produciendo según lo previsto, de forma ordenada. Ojalá sea así también al otro lado del Atlántico, aunque allí, a pesar de los buenos oficios de Greenspan, lo tienen algo más difícil.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (FUNCAS).

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