El número de inmigrantes procedentes de África se duplica en una década
El estudio de la inmigración externa que ha llegadado a la Comunidad Valenciana indica que se están registran cambios y novedades significativas en los últimos años. El catedrático Vicente Gozálvez subraya el 'notable' crecimiento de los trabajadores extranjeros en el sector agrícola.
Así por ejemplo, y con datos referidos al conjunto de España en 1994 sólo el 11% de los trabajadores extranjeros se dedicaban a la agricultura, y en tan sólo cuatro años más tarde la cifra aumentó hasta un 19%, ocho puntos más. Para Vicente Gozálvez, catedrático de Geografía Humana, merece mención especial...
El estudio de la inmigración externa que ha llegadado a la Comunidad Valenciana indica que se están registran cambios y novedades significativas en los últimos años. El catedrático Vicente Gozálvez subraya el 'notable' crecimiento de los trabajadores extranjeros en el sector agrícola.
Así por ejemplo, y con datos referidos al conjunto de España en 1994 sólo el 11% de los trabajadores extranjeros se dedicaban a la agricultura, y en tan sólo cuatro años más tarde la cifra aumentó hasta un 19%, ocho puntos más. Para Vicente Gozálvez, catedrático de Geografía Humana, merece mención especial la población extranjera procedente del continente africano que crece 'exponencialmente'. Durante la última década, en el conjunto de España pasó de 63.000 inmigrantes en 1991, a 211.500 en 1999.
Los datos referidos a la Comunidad Valenciana indican, en la misma línea, que los africanos residentes eran 5.707 en el 1992 y alcanzaron la cifra de 11.939 en el 1999. Por provincias el mayor aumento proporcional de la población africana se registra en Alicante dónde se ha pasado de los 1.881 africanos en 1992 a los 4.875 de 1999. En Valencia pasan de 2.418 a 4.104 y en Castellón de 1.414 a 2.960.
Los que trabajan en la agricultura son seguramente el colectivo extranjero más necesario; sin embargo, son el que padece las situaciones sociales y laborales más desfavorables. 'Si son necesarios deberían tener las mismas condiciones laborales que el resto de trabajadores españoles, con la misma categoría laboral y garantizarles niveles de bienestar similar que les permitan formar una familia', concluye Gozálvez.