OPINIÓN DEL LECTOR

Biblioteca vacía

Villaverde Alto es un barrio privilegiado porque los poderes públicos, los políticos y demás gobernantes nunca olvidan que, como todos los barrios del Sur, Villaverde es solidario. La mayoría de su población procede de los movimientos de emigración de los años sesenta y setenta, hombres y mujeres que dejaron sus pueblos en zonas deprimidas cultural y económicamente buscando en la capital una vida mejor. Probablemente sea este origen el que ha hecho de nosotros tipos tolerantes y solidarios para todo aquello que a Villaverde se nos pide. Aquí convivimos en paz y armonía con todo nacional...

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Villaverde Alto es un barrio privilegiado porque los poderes públicos, los políticos y demás gobernantes nunca olvidan que, como todos los barrios del Sur, Villaverde es solidario. La mayoría de su población procede de los movimientos de emigración de los años sesenta y setenta, hombres y mujeres que dejaron sus pueblos en zonas deprimidas cultural y económicamente buscando en la capital una vida mejor. Probablemente sea este origen el que ha hecho de nosotros tipos tolerantes y solidarios para todo aquello que a Villaverde se nos pide. Aquí convivimos en paz y armonía con todo nacional y extranjero, sean cuales fueren sus razas o etnias, que llegan, como un día nosotros llegamos, para convertirse en un vecino más.

También somos solidarios y tolerantes cuando es en nuestro suelo (y no en el de zonas residenciales de Madrid) donde se construye un Centro de Atención a Drogodependientes (CAD) o viviendas para el realojo de poblados marginales. Y soportamos estoicamente que los políticos que aspiran a gobernarnos sí se acuerden de visitar Villaverde en campaña electoral (nuestros votos son tan importantes como los de mejores barrios) para luego ser objeto de olvido, por ejemplo, en la creación del metrosur - nos conceden un privilegio más: ser el único distrito de Madrid al que no llegará 'uno de los mejores metros del mundo'-.

Si nuestros votos son valiosos, no lo deben ser tanto los impuestos que en nuestro barrio pagamos, o, al menos, quienes obtienen la victoria para administrarnos así nos lo demuestran.

Se me enseñó, desde pequeña, que contribuyendo al mantenimiento del erario público se recibían, a cambio, mejoras en las infraestructuras necesarias y básicas para la vida de los ciudadanos y, sin embargo, en Villaverde Alto el acceso a la cultura no debe constituir una necesidad.

Hace mucho tiempo se construyó un enorme edificio en la calle de Villalonso para albergar una biblioteca pública. Y en eso se quedó, en una construcción vacía, porque el presupuesto destinado a dotarla del fondo bibliográfico correspondiente y del equipamiento necesario parece haberse esfumado o quizá nunca existió. Mientras tanto, se ha dotado a la Biblioteca Nacional con 10.000 millones de pesetas para la modernización y conversión de la primera biblioteca del país en una del siglo XXI. Estupendo proyecto, pero donde no se tiene ni un solo libro hubiéramos sido felices disponiendo, al menos, del 1% de esa cifra, aunque hubiera sido para una biblioteca del siglo XIX. Eso sí, a alguna cabeza gestora se le ha ocurrido que nuestra biblioteca carecía de identificación y le han colocado unas letras donde puede (a veces) leerse algo así como 'Biblioteca Pública'.

En Villaverde Alto, ya ven, tenemos una bilioteca. Y como la cultura, empezando por la lectura, hace a los hombres sabios y libres para adquirir virtudes como la tolerancia y la solidaridad, alguna institución, administración o politiquillo/a de tres al cuarto ha considerado que los que somos hijos de este barrio ya hemos demostrado sobradamente esas virtudes y que en lugar de leer, o de que lean nuestros niños o nuestros viejos, lo que debemos hacer es continuar orgullosos de ser privilegiados disponiendo de una biblioteca sin libros. Al parecer, no los necesitamos.-

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