Entrevista:JAMES TORHREFUGIADO DE GUERRA

"Lo único que conocen los niños de Liberia es la violencia y la muerte"

El liberiano James Torh, de 35 años, defensor de los derechos humanos en una de las las organizaciones más activas de un país africano en el que los niños son asesinos, salió huyendo de su tierra para salvar la vida. Las autoridades de Liberia, país desolado por el caos y la guerra, pusieron el precio de dos millones de pesetas a su cabeza. Amnistía Internacional le ayudó a escapar y le salvó la vida. El Gobierno liberiano le cree muerto. Recientemente estuvo en Bilbao para denunciar la situación de atrocidad de su país.P. ¿Por qué tuvo que salir de su país huyendo?

R. Yo ...

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El liberiano James Torh, de 35 años, defensor de los derechos humanos en una de las las organizaciones más activas de un país africano en el que los niños son asesinos, salió huyendo de su tierra para salvar la vida. Las autoridades de Liberia, país desolado por el caos y la guerra, pusieron el precio de dos millones de pesetas a su cabeza. Amnistía Internacional le ayudó a escapar y le salvó la vida. El Gobierno liberiano le cree muerto. Recientemente estuvo en Bilbao para denunciar la situación de atrocidad de su país.P. ¿Por qué tuvo que salir de su país huyendo?

R. Yo trabajaba en una organización que luchaba por los derechos de los niños. Durante la guerra civil que durante siete años sufrió mi país se utilizaron niños como soldados. Se les drogaba y emborrachaba para convertirlos en asesinos. Cuando la guerra terminó se les utilizó como esclavos en las plantaciones. Elaboramos un informe y lo remitimos a Naciones Unidas, pero el Gobierno de Liberia no lo admitió y multó a mi organización humanitaria con diez millones de dólares americanos. Me detuvieron, torturaron y trataron de matarme. Finalmente, pude escaparme por el bosque y, después de cinco días, llegué a Sierra Leona, sin comida ni dinero. Allí contacté con Amnistía Internacional, que me salvó la vida.

P. ¿Cómo un país que pretendía ser la tierra de la libertad se ha convertido en un caos de muerte y desolación?

R. Liberia empezó como la vanguardia de Áfica y ahora es una anarquía sangrienta y una vergüenza para el mundo. El país es un infierno viviente para los liberianos. No hay agua, ni luz, ni escuelas, ni médicos. Me gustaría hacer un llamamiento a la Comunidad Europea y a Estados Unidos para que intervengan en Liberia, porque la gente se está muriendo y a nadie le importa.

P. ¿Son los niños soldados de Liberia una generación perdida?

R. Parece que sí. Da la sensación de que no hay esperanza para ellos. La única educación que conocen es la de la muerte y la violencia. Muchos son de una crueldad espeluznante, pero es que sólo mantienen relaciones de afecto con el jefe asesino de la cuadrilla de niños, también asesinos.

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P. ¿Qué puede hacer Europa para frenar la situación?

R. Amnistía Internacional ha pedido al Gobierno español que utilice su influencia en el ámbito de la Comunidad Europea para cambiar la situación de Liberia. También hemos pedido a las Naciones Unidas que intervenga; podría juzgar a Taylor, presidente de Liberia, por crímenes de guerra, pero prefiere no hacer nada. Es una vergüenza para Occidente.

P. ¿Cree que volverá a su país algún día?

R. Me gustaría, pero si lo hiciera ahora sería un suicidio, porque me matarían inmediatamente.

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