Dos empresarios españoles, secuestrados en Georgia por un 'comando' armado

Los empresarios españoles Francisco Rodríguez y Antonio Treviño fueron secuestrados ayer en Georgia por cuatro individuos enmascarados y fuertemente armados. El suceso ocurrió de madrugada cerca de Tbilisi, la capital georgiana, pero el coche en el que ambos viajaban cuando fueron atacados apareció después en la región de Pankisi, cercana a Chechenia, donde viven miles de refugiados procedentes de la república independentista rusa y, según Moscú, guerrilleros que huyen de las tropas federales.

Un teniente coronel de la policía de tráfico, que al parecer, conducía el automóvil de los dos...

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Los empresarios españoles Francisco Rodríguez y Antonio Treviño fueron secuestrados ayer en Georgia por cuatro individuos enmascarados y fuertemente armados. El suceso ocurrió de madrugada cerca de Tbilisi, la capital georgiana, pero el coche en el que ambos viajaban cuando fueron atacados apareció después en la región de Pankisi, cercana a Chechenia, donde viven miles de refugiados procedentes de la república independentista rusa y, según Moscú, guerrilleros que huyen de las tropas federales.

Un teniente coronel de la policía de tráfico, que al parecer, conducía el automóvil de los dos españoles, fue apaleado y tuvo que ser hospitalizado en Tbilisi. Al caer la noche, no se había producido ninguna reivindicación, y se especulaba con que el secuestro podría no tener móviles políticos, sino estrictamente económicos, es decir, de búsqueda de un rescate sustancioso, como la mayoría de los que en los últimos años se han producido en Chechenia.Las autoridades georgianas no facilitaron ninguna información sobre las actividades de la empresa mixta en la que trabajaban los dos españoles, Geomadera, que supuestamente se dedica a la producción y comercialización de piedra y madera. El presidente de la misma, Alejandro Marcoso, se mostró ayer especialmente huidizo, no sólo con los periodistas, sino incluso con la cónsul honoraria de España en Tbilisi, María Bagratión, y con los diplomáticos de la Embajada española en Moscú que intentaron ponerse en contacto con él. La embajada envió anoche a uno de sus funcionarios a la capital de Georgia para seguir las investigaciones.

Las peticiones de los periodistas y los diplomáticos por obtener más información chocaron con un hermetismo cortés en los ministerios de Seguridad y de Exteriores de Georgia. Según algunas informaciones, la Policía recomendó a Marcoso, cuya empresa está ubicada en el hotel Londres de Tbilisi, que no hablase para no perjudicar a la investigación en marcha. La cónsul honoraria aseguró que no tenía constancia de la presencia en Georgia de este grupo de españoles, lo que, matizó, no es nada raro en el caso de empresarios. Tampoco le extrañó que un teniente coronel acompañase a los dos secuestrados, y no descartó que le hubiesen contratado a título privado como chófer o como protección. Según algunas versiones, en el automóvil atacado había otros dos georgianos que no sufrieron daño alguno. Fuentes policiales aseguraron que dos de los cuatro secuestradores, que estaban armados con fusiles Kaláshnikov, hablaban georgiano, y los otros dos ruso con acento caucásico. El coche presuntamente utilizado por los secuestradores para interceptar a los españoles apareció cerca de Tbilisi.

La república ex soviética de Georgia ha sufrido desde la independencia, proclamada en 1991, varias guerras civiles y una profunda crisis económica. Pese a ello, el presidente Edvard Shevardnadze, que fue ministro de Asuntos Exteriores de la URSS en tiempos de Mijaíl Gorbachov, consiguió una estabilidad precaria que se plasmó en un aumento de la seguridad ciudadana. El estallido de la segunda guerra de Chechenia está cambiando poco a poco el panorama. Éste es el factor al que muchos analistas ligan el aumento reciente de la criminalidad común. El pasado verano fueron secuestradas, en la misma zona en la que ahora los dos empresarios españoles, una italiana y una francesa que trabajaban para la Cruz Roja. En noviembre fue asesinado y arrojado a la cuneta de una carretera un periodista italiano, cuyo apartamento fue previamente saqueado.

Jorge Suárez, de nacionalidad georgiana pero hijo de uno de los "niños de la guerra" enviados a la URSS durante la guerra civil española, fue secuestrado en 1999 y retenido en penosas circunstancias en Chechenia durante más de dos meses. Una vez liberado, logró un permiso especial de residencia en España para conseguir la nacionalidad por la vía rápida. Según dijo ayer a EL PAÍS su primo Vicente Díaz desde la localidad asturiana de Pola de Lena, la adquirió por fin hace un mes.

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