El Deutsche Bank venderá todos sus activos industriales antes del año 2006

El Deutsche Bank, primer grupo financiero europeo, ha decidido dar un vuelco en su estructura prescindiendo de todo su engranaje industrial. El banco estudia desprenderse de todas sus participaciones industriales, que rondan los 3,32 billones de pesetas, y reinvertir en actividades bancarias. La entidad venderá sus activos a partir de 2002, cuando entre en vigor en Alemania una reforma fiscal que le permitirá vender sin tributar. La operación estará concluida en 2006. Su rival, el Dresdner Bank, ha emprendido la misma senda.

El gigante alemán de las finanzas, Deutsche Bank, planea presc...

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El Deutsche Bank, primer grupo financiero europeo, ha decidido dar un vuelco en su estructura prescindiendo de todo su engranaje industrial. El banco estudia desprenderse de todas sus participaciones industriales, que rondan los 3,32 billones de pesetas, y reinvertir en actividades bancarias. La entidad venderá sus activos a partir de 2002, cuando entre en vigor en Alemania una reforma fiscal que le permitirá vender sin tributar. La operación estará concluida en 2006. Su rival, el Dresdner Bank, ha emprendido la misma senda.

El gigante alemán de las finanzas, Deutsche Bank, planea prescindir de todo su patrimonio industrial. El banco estudia deshacerse de sus activos, que suman un valor bursátil de 20.000 millones de euros (unos 3,32 billones de pesetas), a finales de 2005 como fecha límite. Así lo declaró ayer el responsable de la filial que se encarga de las participaciones del grupo, DB Investor, al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.Esta decisión modifica sustancialmente la estructura del banco, que hasta ahora otorgaba gran importancia a las participaciones industriales. El banco posee, entre otros activos, el 11,9% del fabricante automovilístico DaimlerChrysler, el 10% del grupo industrial Linde y el 9,6% de Munchi Ré. El Deutsche Bank espera poder deshacerse de todos sus títulos en un periodo de entre dos y tres años.

Para explicar esta urgencia, el presidente de DB Investor, Axel Pfeil, argumenta que el grupo quiere aprovechar la entrada en vigor de la reforma fiscal -prevista en Alemania para 2002- que le permitirá enajenar sus participaciones sin tener que tributar.

Otra razón para realizar esta operación de manera urgente es, según Pfeil, que la banca está presionada porque a finales de 2001 tendrá que incluir en su balance las inversiones realizadas en valor bursátil y no en valor contable. Pfeil cree que esta medida podría generar un empeoramiento del rendimiento de los recursos propios, por lo que es mejor desprenderse de ellos lo antes posible.

Actividades bancarias

El Deutsche Bank prevé destinar los ingresos provenientes de la venta de sus participaciones a reforzar las actividades bancarias del grupo, a las que no cotizan el Bolsa y a engrosar los dividendos que se reparten entre los accionistas.En los dos últimos años, Deutsche Bank se ha embolsado unos 632.266 millones de pesetas con la enajenación de sus acciones en la aseguradora Allianz. La venta se realizó a través de dos operaciones, hasta rebajar del 10% al 4,1% su presencia en el capital. El presidente de DB Investor reconoce que en esa segunda operación, el banco utilizó un montaje fiscal que le permitió eludir impuestos en la venta de acciones de Allianz. No obstante, admitió que el Deutsche Bank no podrá volver a utilizar el mismo procedimiento para desprenderse del resto de sus activos, por lo que tendrá que esperar hasta 2002 para poder enajenar sus participaciones sin tributar.

También el Dresdner Bank anunció ayer que ha vendido el 2,45% de la aseguradora Munich Ré a inversores institucionales internacionales por 1.560 millones de euros (259.562 millones de pesetas). La operación, que confirma el propósito de la entidad de vender sus participaciones industriales, no se cerrrará hasta 2002.

La reforma fiscal, que el Gobierno de Gerhard Schröder aprobó en julio pasado, tenía entre una de sus prioridades provocar cambios estructurales en las empresas, muy lastradas por un denso entramado de participaciones mutuas entre bancos y compañías industriales. Para incentivar la desaparición de estos cruces, la nueva normativa contempla que desde 2002 no tribute la venta de participaciones industriales y financieras de unas sociedades de capital a otras.

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