Un hombre admite que cometió 17 agresiones sexuales en un año

Gregorio Cano Beltri, de 28 años, reconoció ayer ante un tribunal de la Audiencia de Barcelona haber cometido 17 agresiones sexuales en poco más de un año contra otras tantas mujeres, a las que abordaba en zonas despobladas o en el portal de sus viviendas. La confesión de culpabilidad, inusual en estos casos, evitó a las víctimas revivir los hechos de nuevo y acortó el juicio, previsto para tres días pero que ayer quedó visto para sentencia.Ahora corresponde a los magistrados de la Sección Quinta decidir entre una aplicación benévola de la ley, como reclamó la defensa, o en una interpretación ...

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Gregorio Cano Beltri, de 28 años, reconoció ayer ante un tribunal de la Audiencia de Barcelona haber cometido 17 agresiones sexuales en poco más de un año contra otras tantas mujeres, a las que abordaba en zonas despobladas o en el portal de sus viviendas. La confesión de culpabilidad, inusual en estos casos, evitó a las víctimas revivir los hechos de nuevo y acortó el juicio, previsto para tres días pero que ayer quedó visto para sentencia.Ahora corresponde a los magistrados de la Sección Quinta decidir entre una aplicación benévola de la ley, como reclamó la defensa, o en una interpretación más dura, como solicitaron el fiscal y las acusaciones particulares. En el primer caso, las penas impuestas podrían sumar 90 años de prisión y en el segundo, 177 años, pero en la práctica lo que diferencia a ambas alternativas es que con la primera el acusado saldría antes en libertad.

María José Varela, abogada de cinco de las mujeres que sufrieron las agresiones, solicitó del tribunal que aplique por primera vez en España un artículo del Código Penal que permite a los jueces "que los beneficios penitenciarios y el cómputo de tiempo para la libertad condicional se refieran a la totalidad de las penas impuestas en las sentencias". Si la sentencia optase por esta vía, el acusado no saldría de prisión hasta haber cumplido 20 años de pena, el máximo previsto. "Si no fuera así, a partir de la cuarta violación le saldrían gratis desde un punto de vista penal y saldría antes en libertad. Supongo que eso es lo que espera el acusado al reconocerse autor de los delitos", explicó Varela.

El triple de la pena mayor

La ley española prevé que cuando un tribunal imponga varias penas a un acusado, éste cumpla en prisión el triple de la condena mayor. En este caso, 18 años, si el tribunal opta por la pena mínima de agresión sexual, que es de seis años, o bien 36 años, si opta por la máxima pena prevista para este delito, que es de 12 años. Si la petición de la abogada de la acusación particular es atendida, los cálculos no se realizarían sobre 18 o 36 años, sino sobre el conjunto de las penas. Es decir, sobre un mínimo de 90 años. Y en ese caso, aunque el tribunal castigue la violación con seis años, el acusado estaría 20 años en prisión.

Varela recordó en su informe ante el tribunal que cuando hace poco más de dos años fue excarcelado el llamado violador del Eixample, se generó una gran polémica sobre la necesidad de incrementar el tiempo de estancia en prisión en casos especiales como éste. "Y ahora el tribunal está a tiempo de evitar que se repita un caso similar", explicó.

En la mayoría de las 17 agresiones sexuales, el acusado obligó a las mujeres a punta de navaja a que le realizaran una felación. Casi todas las víctimas eran veinteañeras y vecinas de Barcelona y los hechos ocurrieron entre febrero de 1997 y marzo de 1998.

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