La primera tripulación de la Estación Internacional emprende su vida en el espacio

Yuri Guidzenko, Serguéi Krikaliov y William Shepherd permanecerán 117 días en órbita

La nave rusa Soyuz-TM31, que fue lanzada el martes pasado desde Kazajstán llevando a bordo a los astronautas Yuri Guidzenko, Serguéi Krikaliov y William Shepherd, atracó ayer automáticamente a la Estación Espacial Internacional (ISS) sin ningún problema. Una hora y media después del atraque, tras comprobar que la conexión de la nave con la base orbital era correcta, los tres hombres que forman la primera tripulación permanente de la ISS entraron en su nueva vivienda orbital, precedidos por el comandante Shepherd. A partir de ahora, si todo va bien, siempre habrá humanos viviendo en órbita.
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La nave rusa Soyuz-TM31, que fue lanzada el martes pasado desde Kazajstán llevando a bordo a los astronautas Yuri Guidzenko, Serguéi Krikaliov y William Shepherd, atracó ayer automáticamente a la Estación Espacial Internacional (ISS) sin ningún problema. Una hora y media después del atraque, tras comprobar que la conexión de la nave con la base orbital era correcta, los tres hombres que forman la primera tripulación permanente de la ISS entraron en su nueva vivienda orbital, precedidos por el comandante Shepherd. A partir de ahora, si todo va bien, siempre habrá humanos viviendo en órbita.

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El atraque de la Soyuz se hizo a las 10.21.40, hora peninsular española -sólo dos minutos y 40 segundos más tarde de lo previsto- en uno de los cuatro puertos del módulo ruso Zvezdá (Estrella). El acoplamiento de la Soyuz fue festejado con aplausos en el Centro de Control de Vuelos Espaciales de Rusia por los ingenieros, técnicos, astronautas y periodistas que seguían en directo cómo maniobraba la nave rusa a 385 kilómetros de altura.La ISS por el momento está compuesta por tres módulos: el Zvezdá, el también ruso Zariá (Amanecer) y el estadounidense Unity. Shepherd, Guidzenko y Krikaliov ocuparán de momento sólo dos de las tres dependencias, hasta que dentro de un mes lleguen los primeros grandes paneles solares y con ellos pueda darse suministro eléctrico a todo el conjunto. Precisamente la potencia energética que tendrá la nueva estación será una de las características avanzadas de la ISS respecto a la vieja Mir rusa, que seguramente será destruido a principios del año próximo.

El de ayer fue el primer acoplamiento de una nave pilotada rusa a la ISS; antes los astronautas que visitaron la estación internacional llegaron en transbordadores de la NASA y sólo una nave rusa de carga Progress automática había atracado a la ISS. Precisamente esa Progress se desacopló el miércoles para dejar su lugar libre a la Soyuz, que permanecerá acoplada a la ISS durante medio año como nave de salvamento en la que los astronautas podrán regresar a la Tierra en caso de emergencia. La primera tripulación regresará a fines de febrero en un transbordador estadounidense que llegará con los miembros de la segunda expedición permanente.

En el momento del atraque, que se produjo cuando el complejo orbital pasaba sobre Rusia, finalizaron las funciones de comandante de la Soyuz que desempeñaba Guidzenko y Shepherd asumió el cargo de comandante de la expedición. Después de igualar la presión entre la Soyuz y el módulo Zvezdá y comprobar los sistemas de enganche de la nave a la ISS, Shepherd abrió la escotilla y entró flotando en la que será la casa de los tres astronautas durante 117 días. En España eran las 11.54 de la mañana.

Lo primero que hicieron los cosmonautas al entrar en la ISS fue encender las luces y activar sistemas, además de instalar varias lámparas para el primer reportaje televisado desde órbita. No menos importante después de dos días encerrados en la Soyuz sin poder levantarse de sus asientos fue comprobar que el retrete funcionaba.

Guidzenko, Krikaliov y Shepherd tuvieron que discutir e insistir mucho para que sus colegas que fueron en septiembre a la ISS en el transbordador de la NASA Atlantis echaran agua al retrete y prepararan al menos parte de los sistemas vitales de la ISS. La tripulación del transbordador no quería hacerlo y decían que debían concentrarse en montar la cinta de correr, pero al final Krikaliov logró convencerlos. "Como resultado dejaron preparado el retrete, pero la cinta la ensamblaron de cualquier manera", comentó Krikaliov.

Los directores del programa han tratado de no sobrecargar de tareas los primeros días de estancia de los astronautas en la ISS. Sin embargo, ya hoy Krikaliov deberá poner manos a la obra y tratar de reparar dos de las ocho baterías del módulo de vivienda Zvezdá, mientras sus colegas tratarán de organizar a su gusto la casa espacial en la que vivirán durante casi cuatro meses.

Una de las cosas que más le preocupan a Krikaliov, el ingeniero de a bordo y el astronauta con más experiencia espacial de los tres, es la coordinación de los diferentes ordenadores y de los Centros de Control de Vuelos de Koroliov, en los alrededores de Moscú, y Houston, EE UU. Por el momento el principal centro de control es el ruso, pero pasará a segundo plano a partir de enero, cuando el módulo estaodonunidense Destiny pase a formar parte del complejo orbital y Houston (EE UU) asuma el control.

La primera noche de los astronautas en órbita nunca es fácil. La excitación del viaje, los ruidos extraños que hay en la estación y los cambios horarios pueden impedir conciliar el sueño. Guidzenko, Krikaliov y Shepherd vivirán 16 amaneceres y 16 puestas de Sol cada día, es decir cada hora y media, que es lo que tarda la estación en cumplir una órbita completa alrededor de la Tierra.

En el capítulo de la vida cotidiana en la ISS es importante la comida. Shepherd prefiere las verduras picantes y la carne de pavo; Krikaliov las frutas secas y mucho café, mientras que a Guidzenko le gustan el requesón con ciruelas pasas y el té con azúcar, según confesó antes de partir hacia la ISS.

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