CULTURA

La idea de la construcción nacional como fuente democrática abre los Octubre

El arranque de los debates de los Premis Octubre estuvo marcado por la ausencia, a causa de las lluvias torrenciales, de Federico Mayor Zaragoza, que tenía que impartir la conferencia inaugural. Todo el interés se dirigió entonces a los distintos congresos que se iniciaron ayer. En el de Pensamiento, la profesora de Ciencia Políticas y Sociología de la Universidad de Boston, Liah Greenfeld, sorprendió al afirmar que un territorio o una lengua propia no son condiciones esenciales para la construcción del nacionalismo.Autora de Nationalism: five roads to modernity, libro que desde 1992 ha...

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El arranque de los debates de los Premis Octubre estuvo marcado por la ausencia, a causa de las lluvias torrenciales, de Federico Mayor Zaragoza, que tenía que impartir la conferencia inaugural. Todo el interés se dirigió entonces a los distintos congresos que se iniciaron ayer. En el de Pensamiento, la profesora de Ciencia Políticas y Sociología de la Universidad de Boston, Liah Greenfeld, sorprendió al afirmar que un territorio o una lengua propia no son condiciones esenciales para la construcción del nacionalismo.Autora de Nationalism: five roads to modernity, libro que desde 1992 ha propocionado nuevos enfoques en el estudio de la materia, Greenfeld subrayó la importancia del nacionalismo como fuente de democracia y constitución de las sociedades modernas. Sostuvo que la igualdad y la soberanía son principios básicos para la construcción nacional y como consecuencia de ésta se produce el desarrollo económico y no al contrario, como se popstula desde otras teorías.

Greenfeld realizó una aproximación general desde la sociología histórica para sistematizar los procesos nacionalistas basada en sus trabajos empíricos sobre la formación de Inglaterra, EE UU, Francia, Alemania y Rusia. Mientras las dos primeras se definen por las coordenadas del individualismo cívico, la tercera por el colectivismo cívico y las dos últimas por el colectivismo étnico. Inglaterra fue el primer ejemplo de nacionalismo, originado por la carestía de hombres en las élites de la nobleza, lo que obligó a recurrir a otro estamento social que al no tener sangre azul se legitimó en la identificación nacional. Este modelo es importado por otras sociedades como Francia y EE UU, que lo adaptaron a su propia tradición cultural. El tercer paso lo constituyen las sociedades que, por razones psicológicas, buscan dignificarse y como reacción a la conformación de otras nacionalidades, y en coincidencia con la dominación napoleónica, configuran una nación.

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