Nieve en la catedral

La plaza de la Seu, frente a la fachada de la catedral de Barcelona, amaneció ayer nevada y poblada por individuos vestidos a la moda de principios de siglo, incluidos aviadores con cascos de cuero y gafas, campesinas de largas faldas y cestos cargados de frutas, y elegantes caballeros con levita y bombín. Las inclemencias meteorológicas, sin embargo, parecían reducidas exclusivamente a este entorno escapado del tiempo, ya que el blanco manto desaparecía tan pronto como se bajaban las escaleras, justo donde turistas y transeúntes se agolpaban para contemplar el espectáculo."¡Acción!". Los grup...

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La plaza de la Seu, frente a la fachada de la catedral de Barcelona, amaneció ayer nevada y poblada por individuos vestidos a la moda de principios de siglo, incluidos aviadores con cascos de cuero y gafas, campesinas de largas faldas y cestos cargados de frutas, y elegantes caballeros con levita y bombín. Las inclemencias meteorológicas, sin embargo, parecían reducidas exclusivamente a este entorno escapado del tiempo, ya que el blanco manto desaparecía tan pronto como se bajaban las escaleras, justo donde turistas y transeúntes se agolpaban para contemplar el espectáculo."¡Acción!". Los grupos de figurantes se ponían en movimiento mientras una cámara sobre una grúa realizaba un largo traveling en picado. Porque lo que se estaba llevando a cabo frente a la seo barcelonesa era un rodaje de de gran presupuesto: la segunda entrega del impactante anuncio que el año pasado escenificaba los vaivenes de la diosa Fortuna, patrocinado por la Lotería Nacional.

Para estas navidades -a partir del próximo 19 de noviembre-, la productora Publicis ha recibido de nuevo el encargo con la petición de superar en espectacularidad el anuncio del año, aunque manteniendo al inquietante actor de la cabeza rapada.

Carles Ribas
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