Piqué refuerza en Moscú el "intensísimo diálogo político" con Rusia
Josep Piqué consolidó ayer en Moscú el, según sus propias palabras, "intensísimo diálogo político" entre España y Rusia, que recibió un fuerte impulso el pasado mes de junio con ocasión de la visita a Madrid del presidente ruso, Vladímir Putin, momento en el que se decidió institucionalizarlo.El ministro español de Asuntos Exteriores se entrevistó con su homólogo ruso, Ígor Ivanov, y con el jefe del Gobierno, Mijaíl Kasiánov, y anunció próximas visitas de alto nivel: en noviembre próximo, la del vicepresidente segundo Rodrigo Rato a Moscú para participar en la reunión de la comisión mixta de c...
Josep Piqué consolidó ayer en Moscú el, según sus propias palabras, "intensísimo diálogo político" entre España y Rusia, que recibió un fuerte impulso el pasado mes de junio con ocasión de la visita a Madrid del presidente ruso, Vladímir Putin, momento en el que se decidió institucionalizarlo.El ministro español de Asuntos Exteriores se entrevistó con su homólogo ruso, Ígor Ivanov, y con el jefe del Gobierno, Mijaíl Kasiánov, y anunció próximas visitas de alto nivel: en noviembre próximo, la del vicepresidente segundo Rodrigo Rato a Moscú para participar en la reunión de la comisión mixta de cooperación económica y en la primera mitad de 2001 la de Ivanov a Madrid y la del propio presidente del Ejecutivo español, José María Aznar, a la capital rusa.
El desarrollo de la cooperación en la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado, el narcotráfico y el blanqueo del dinero negro; los acuerdos sobre la protección de las inversiones, y los planes para la creación de una sede en Moscú del Instituto Cervantes multiplicarán probablemente los intercambios de viajes oficiales en los próximos meses.
Las relaciones políticas entre España y Rusia son ciertamente buenas y sin contenciosos, pero no se puede decir otro tanto de las comerciales ni de la evolución de las inversiones directas en esta antigua república soviética. Los empresarios españoles no han perdido el miedo a la inseguridad jurídica y la corrupción que permean la actividad económica en este inmenso país, pero que no han impedido una fuerte penetración de otros, como Italia.
Como ya hizo Putin en Madrid, Kasiánov intentó convencer ayer a Piqué de que Rusia es cada vez más fiable y previsible, que merece apostar por ella pese a los riesgos y que quien pierda ahora ese tren tal vez ya no pueda tomarlo nunca.
Piqué recordó que en 2002 se cumplirán 25 años del establecimiento de relaciones diplomáticas con Rusia y que, para entonces, España presidirá precisamente la Unión Europea y, por tanto, la cumbre que se celebrará en Moscú.