Tribuna:LITERATURA POPULAR

¡Caramba con la señora! (1)

En estos preámbulos de la serie, bueno será ir fijando criterios acerca de los porqués de esta defensa de las tradiciones orales andaluzas. Tal vez tardía, mas por eso mismo inaplazable. Es tanto lo que ha quedado fuera de las recopilaciones folclóricas, sobre todo en épocas bien poco condescendientes con lo genuinamente popular, que todo cuanto se pueda hacer por rescatar de sus auténticas coordenadas aquellos tesoros de expresión, ayudará a componer una verdadera imagen de lo que realmente ocurría, dónde, cuándo y por qué. Con ello estaremos más cerca de comprender la cultura popular, tarea ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En estos preámbulos de la serie, bueno será ir fijando criterios acerca de los porqués de esta defensa de las tradiciones orales andaluzas. Tal vez tardía, mas por eso mismo inaplazable. Es tanto lo que ha quedado fuera de las recopilaciones folclóricas, sobre todo en épocas bien poco condescendientes con lo genuinamente popular, que todo cuanto se pueda hacer por rescatar de sus auténticas coordenadas aquellos tesoros de expresión, ayudará a componer una verdadera imagen de lo que realmente ocurría, dónde, cuándo y por qué. Con ello estaremos más cerca de comprender la cultura popular, tarea ésta bastante más difícil de lo que parece.Con este propósito, y a título de ejemplo, trataremos con detalle el caso de un juego de dedos que debió estar muy extendido en toda España y, por ende, en Andalucía, a juzgar por lo temprano y lo separado de las recopilaciones en que aparece. Así, en Rodríguez Marín (Cantos populares españoles, I, pág. 66, 1882), o Fernando Llorca (Lo que cantan los niños, pág. 16, 1915), por citar sólo los más antiguos. Dos autores, por lo demás escrupulosos en su trabajo. Lo que no hace sino aumentar el valor de este caso singular. Veamos primero cómo lo recogen uno y otro. Rodríguez Marín:

"(Fray Andrés , llamando a la puerta de la señora .-¡Tras, tras!

(Criada ).-¿Quién es?

(Fraile) .-Er pae fray Andrés.

(Criada).-¿Qué quiere el pae fray Andrés?

(Fraile).-Hablá con la señora.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

(Criada, avisando).-¡Señorita!

(Señora).-¿Qué? ¿Qué?

(Criada).-Aquí' stá' r pae fray Andrés, que quiere hablá con usté.

(Señora).-Pos dile que entre.

(Criada).-Pae fray Andrés.

(Fraile).-¿Qué? ¿Qué?

(Criada).-Dice la señorita que'entre usté.

(Fraile).-Pos con licencia d'usté.

(Nota.-Las acotaciones son nuestras, para mayor claridad en los roles).

La versión de Fernando Llorca es sensiblemente parecida, sólo que en castellano normativo, y nos la podemos ahorrar.

Veamos ahora cómo es la nuestra, bastante más completa y con elementos soprendentes, recogida este mismo verano, de dos mujeres de mediana edad de Tocina (Sevilla), que todavía practicaron este juego cuando niñas. Atención:

-Pon, pon.

-¿Quién es?

-El padre Sésé

-¿Y qué quiere el padre Sesé?

-Hablar con la señorita de usted.

-Señorita, aquí está el padre Sesé, que dice que quiere hablar con usted.

-Pues dile que entre.

(Entra el fraile).-¡Buenos días!

(Señora).- Sea usted bienvenido, como la muerte de mi marido. (A la criada): Teodora, Teodora, coge el canasto y ve por escarola.

(Criada).-¡Ozú con la señora, que siempre que viene el cura me manda por escarola!

(Cura).-Calla, Teodora, que te voy a comprar un vestido de moda.

Las diferencias son tan apreciables que la exégesis se impone casi por sí sola. La haremos el próximo día.

Archivado En