Zapatero quiere que el PSOE tenga una voz única sobre el Plan Hidrológico

La dirección federal del PSOE está segura de que va a superar todos los escollos y podrá presentarse la próxima semana con una misma posición en toda España sobre el Plan Hidrológico Nacional elaborado por el Gobierno y que, en líneas generales, va a rechazar. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha pedido a las 16 federaciones socialistas y al PSC que ahormen un discurso unitario. Zapatero quiere evitar que el Gobierno pueda decir que los socialistas tienen opiniones contradictorias en un tema de Estado.

La responsable federal de Medio Ambiente, Cristina Narb...

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La dirección federal del PSOE está segura de que va a superar todos los escollos y podrá presentarse la próxima semana con una misma posición en toda España sobre el Plan Hidrológico Nacional elaborado por el Gobierno y que, en líneas generales, va a rechazar. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha pedido a las 16 federaciones socialistas y al PSC que ahormen un discurso unitario. Zapatero quiere evitar que el Gobierno pueda decir que los socialistas tienen opiniones contradictorias en un tema de Estado.

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La responsable federal de Medio Ambiente, Cristina Narbona, está trabajando para elaborar un documento común que pueda estar terminado el próximo miércoles. Se trata de resaltar no lo que separa, sino lo que une a los dirigentes territoriales del PSOE frente a la política hidrológica del Gobierno. Sobre esa base están trabajando la Secretaría federal de Medio Ambiente y el portavoz parlamentario en esa materia, Victor Morlán. Los responsables de ese trabajo aseguran que están muy cerca de conseguir la firma de todas las federaciones socialistas en un documento que esperan presentar en público a mitad de la semana próxima, tras una última reunión en Madrid de todos los dirigentes regionales del PSOE. Desde luego, ya han recorrido bastante camino en aras de limar divergencias desde que Rodríguez Zapatero, en la primera reunión de la Ejecutiva Federal después de las vacaciones del verano, señaló como objetivo prioritario el conseguir una posición unitaria del partido en un asunto como éste, que se presta a diversidad de posiciones, en función de los intereses de cada región. Zapatero contó con la ayuda involuntaria del Gobierno al escuchar a su presidente, José María Aznar, y a otros dirigentes del PP que el Plan Hidrológico Nacional suponía "una prueba de fuego" para el PSOE, al tener que demostrar que es un partido con un proyecto nacional.

A partir de ahí, la secretaria federal de Medio Ambiente, Cristina Narbona, trató de llevar al ánimo de sus compañeros que las supuestas ventajas del plan del Gobierno, con los trasvases del Ebro a las comunidades de Valencia y Murcia y a la provincia de Almería, no lo eran tanto. La pertenencia a la ejecutiva de dirigentes de casi todas las comunidades autónomas ha facilitado mucho el camino, ya que pronto se vio que el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, no estaba solo en su rechazo a ese plan de "trasvases del Ebro a otras comunidades". En las reuniones de la dirección federal del PSOE, Iglesias tuvo ocasión de explicar esa posición a su compañero y secretario general de Murcia, Ramón Ortiz; a dirigentes andaluces, entre ellos el propio presidente de la comunidad autónoma, Manuel Chaves, así como al primer secretario del PSC, José Montilla, y al secretario general de Castilla-La Mancha, José María Barreda. En la última reunión de la ejecutiva se dedicó mucho tiempo al Plan Hidrológico, con extensas intervenciones de José María Barreda, Cristina Narbona y Marcelino Iglesias.

Con anterioridad, la cúpula socialista vivió algún sobresalto, por ejemplo cuando el Partido Socialista de Aragón y el Partit dels Socialistes de Catalunya firmaron un acuerdo bilateral oponiéndose al Plan Hidrológico del Gobierno. "Menos mal que los argumentos fueron los mismos que los esgrimidos en la ejecutiva, pero no estuvo bien que salieran por libre, y así se les hizo saber", asegura un miembro de la ejecutiva.

El último susto para la dirección federal socialista se produjo el pasado viernes al conocer que sus compañeros valencianos, el PSPV-PSOE habían votado una resolución con el Partido Popular en las Cortes Valencianas a favor de los trasvases de aguas del Ebro. La ejecutiva explicó de inmediato que el PSOE valenciano quizá está todavía viviendo "los ajustes" posteriores a su congreso, celebrado el pasado fin de semana, en el que fue elegido secretario general Joan Ignasi Pla. En todo caso reconocen una evidente "desconexión" con los socialistas valencianos, si bien creen que se subsanará en la reunión que mantendrán en Madrid los dirigentes regionales la próxima semana.

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La responsable de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha recorrido distintas regiones para facilitar el logro de un consenso dentro del partido y continuará ese trabajo en los primeros días de la próxima semana.

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