Obligaciones muestra un estilo "rápido y sucio" en su segundo disco

En las tiendas uno se encuentra multitud de discos que desconoce completamente, títulos que pasarían desapercibidos si la casualidad no mediara para que la vista reparara en ellos . En esos casos, escrutar la portada del disco, fijarse en la imagen de los intérpretes y atender a los instrumentos empleados pueden resultar fórmulas acertadas para intuir si el producto se ajusta a un determinado gusto. Pero también hay casos en los que su título resume con tino su contenido. Así sucede con Rápido y sucio, segunda entrega del grupo Obligaciones, que tiene en esas dos palabras sendas caracte...

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En las tiendas uno se encuentra multitud de discos que desconoce completamente, títulos que pasarían desapercibidos si la casualidad no mediara para que la vista reparara en ellos . En esos casos, escrutar la portada del disco, fijarse en la imagen de los intérpretes y atender a los instrumentos empleados pueden resultar fórmulas acertadas para intuir si el producto se ajusta a un determinado gusto. Pero también hay casos en los que su título resume con tino su contenido. Así sucede con Rápido y sucio, segunda entrega del grupo Obligaciones, que tiene en esas dos palabras sendas características de su estilo personal. Concretamente, la discográfica Mil A Gritos alude como principales referencias a los Stooges de Iggy Pop, Ramones y Motorhead, y presenta como "material inflamable" un disco que encaja de lleno en la catalogación de punk-rock and roll gracias a 10 temas originales y a una adaptación del tema Ace of spades de los propios Motorhead. Un repertorio veloz, rico en punteos de guitarra incisivos, depredadores, y conectado con el legado de bandas como La Perrera y Nuevo Catecismo Católico, que han mostrado el mismo furor desbocado, y ocasionalmente hasta con el de Lagartija Nick, antes de que los granadinos descubrieran -como muchos otros grupos últimamente- las posibilidades de la electrónica.

De esa manera el cuarteto alavés adhiere su oferta a la de los grupos de punk-rock instalados en la fértil casa okupada de Buenavista, en San Sebastián, con los que comparte el gusto por la música vigorosa, las guitarras explícitas y unos textos en castellano ajenos al radicalismo lírico que lastra a tantas bandas de Euskadi. Unas letras que, en el caso de Obligaciones, son historias salpicadas de sexo y agresividad.

Rápido y sucio llega al mercado dos años después de que el conjunto de Vitoria editara su primer minicompacto. Las grabación del disco se ha llevado a cabo en la propia capital alavesa y se ha masterizado en la localidad guipuzcoana de Mondragón.

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