Chirac reaparece en público ante las especulaciones sobre su salud

La salud del presidente francés, Jacques Chirac, es objeto de todo tipo de especulaciones por parte de la prensa francesa. Según Le Monde, hay personas próximas al entorno presidencial que justifican los kilos de más de Chirac y, sobre todo, sus repetidas ronqueras, a partir de un cáncer de garganta y un tratamiento que incluye la cortisona. El presidente reapareció ayer en público en un coloquio con estudiantes de las afueras de París en el que se refirió al levantamiento de las sanciones a Austria. Claude, la hija del presidente y su consejera personal, dice: "El problema es que no ha...

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La salud del presidente francés, Jacques Chirac, es objeto de todo tipo de especulaciones por parte de la prensa francesa. Según Le Monde, hay personas próximas al entorno presidencial que justifican los kilos de más de Chirac y, sobre todo, sus repetidas ronqueras, a partir de un cáncer de garganta y un tratamiento que incluye la cortisona. El presidente reapareció ayer en público en un coloquio con estudiantes de las afueras de París en el que se refirió al levantamiento de las sanciones a Austria. Claude, la hija del presidente y su consejera personal, dice: "El problema es que no hay manera de impedirle que coma tanto". Otras personalidades del Elíseo se refieren sin cesar "a la buena forma física del presidente", a lo "bien que sobrelleva el jet-lag" o al hecho de que "tiene 67 años".

El rumor recogido por Le Monde y del que se han hecho eco otros periódicos encuentra su credibilidad en las difíciles relaciones entre los presidentes franceses -siete años cada mandato- y la transparecia sobre su estado de salud. Charles De Gaulle fue operado de la próstata en 1963 y, desde entonces, su buena o mala salud se convirtió en tema recurrente. El presidente Georges Pompidou murió en 1974, a mitad de mandato, hinchado por la cortisona y a causa de un cáncer.

El presidente François Mitterrand se autoimpuso el hacer públicos regularmente sus análisis médicos para que el elector supiese cual era el estado real de la persona que dirigía el país. Pero los análisis de Mitterrand eran falsos, como luego se descubrió. En realidad Mitterrand no hizo público el cáncer que le llevó a la tumba hasta diez años después de empezar a ser tratado médicamente. Con eso se aseguró la reelección para su segundo septenio, que fue especialmente penoso, con los últimos dos años con sólo cuatro horas de lucidez diarias.

El rumor sobre la salud de Chirac, con o sin fundamento, se inscribe en esa tradición de desconfianza entre la ciudadanía y la clase política. Incluso en los guiñoles de Canal Plus Francia Chirac aparece ya sustituido por un doble.

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