Bruselas aumenta la presión sobre la OPEP mientras el precio del crudo supera los 34 dólares

La vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Energía y Transporte, Loyola de Palacio, lanzó ayer una nueva advertencia a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de que si no sube significativamente la producción en su cumbre del domingo próximo se perjudicarán tanto como ahora los países industrializados. El precio del crudo marcó ayer otro máximo en diez años al superar los 34 dólares por barril. De Palacio reconoció que la escalada de los precios también se debe a que el mercado europeo de carburantes no ha avanzado lo suficiente en su liberalización.

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La vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Energía y Transporte, Loyola de Palacio, lanzó ayer una nueva advertencia a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de que si no sube significativamente la producción en su cumbre del domingo próximo se perjudicarán tanto como ahora los países industrializados. El precio del crudo marcó ayer otro máximo en diez años al superar los 34 dólares por barril. De Palacio reconoció que la escalada de los precios también se debe a que el mercado europeo de carburantes no ha avanzado lo suficiente en su liberalización.

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El término que la Comisión Europea eligió ayer para aumentar su presión sobre la OPEP fue el de "sensatez". Nada que sonara a amenaza o represalia para no provocar una respuesta énergica y negativa por parte del cartel. De Palacio sólo reclama a los miembros del cartel de los mayores productores de crudo del mundo que sean "sensatos" y que no pongan en peligro "la gallina de los huevos de oro". En otras palabras, Bruselas ha vuelto a presionar a la OPEP para que aumente la producción de crudo y se frene la escalada de precios. El tiempo se acaba. La cumbre del cartel es el próximo domingo en Viena y las perspectivas son de que la organización no suba la producción o bien que lo haga de forma moderada, no más de 700.000 barriles diarios. Este alza poco cambiará el panorama.La UE está preocupada y no lo oculta. La evolución del precio del barril fue el tema principal de la primera reunión del colegio de comisarios tras el verano y centrará este fin de semana la reunión informal de los ministros de Economía y Finanzas de la UE que se celebrará en Versalles. Ayer el barril brent mantuvo su tendencia al alza y llegó a cotizar a 34,30 dólares. Cerró a 34,28. Al mismo tiempo, el euro registró un nuevo retroceso histórico. Bruselas reconoce que minusvaloró la incidencia de la evolución del precio del petróleo y que ahora es necesario tomar medidas internas para amortiguar sus efectos.

La Comisión tampoco ha tenido en cuenta hasta ahora los efectos negativos de semejante combinación sobre la economía: los sectores más vulnerables han lanzado la voz de alarma y las previsiones de inflación están por encima del límite del fijado por el Banco Central Europeo (BCE) en su política de contención de precios: la inflación en la zona euro se situó en julio en el 2,4%, cuando la previsión para este año es del 2%. Un punto del alza de los precios es achacable al petróleo.

"El precio del petróleo no puede estar tan alto y sometido a oscilaciones bruscas", declaró la comisaria, quien admitió que un precio de diez dólares por barril, como ocuría hace poco más de año y medio, tampoco es conveniente ni para los países europeos ni para los productores. De Palacio sugirió que el barril debiera situarse y mantenerse en torno a 20 dólares para recuperar el equilibrio.

En su intento por calmar los ánimos en vísperas de la cumbre de la OPEP, Bruselas también ha reconocido que el problema de precio del petróleo no se puede achacar exclusivamente a la política de fijación de precios del cartel. La Comisión Europea está sorprendida por la diferencia de precios que hay entre los países de la UE en el combustible antes de impuestos y pide a las administraciones de los Quince que incrementen la competencia dentro del sector de la distribución de derivados del petróleo.

La comisaria comentó, por ejemplo, que en Alemania poner 1.000 litros de gasolina a disposición del consumidor vale, antes de impuestos, 319 euros (53.000 pesetas), mientras que en Holanda la cifra se dispara a 403 euros (67.000 pesetas). "Hay un abanico de precios muy amplio, del 30%, lo que indica que el mercado interior no termina de funcionar de manera satisfactoria y que hay un margen para mejorar el funcionamiento de la competencia real interna", precisó. "En aquellos países donde hay una mayor competencia en la distribución, los precios antes de impuestos son más bajos".

La Comisión ha dicho que apuesta por que las posibles exoneraciones o reducciones de los impuestos sobre los productos petroleros se tomen de forma conjunta en la UE, en vez de que los Estados miembros opten por reducir la presión fiscal a determinados sectores de forma unilateral.

La iniciativa lanzada por algunos países como Francia de bajar los impuestos a algunos sectores sensibles "puede tener como consecuencia indicar a los países productores que pueden continuar subiendo los precios del petróleo sin temer una reducción de la demanda". "Este tipo de medidas deberían ser coordinadas en toda la Unión de modo que sean conformes a las directivas de impuestos especiales sobre hidrocarburos y a las reglas sobre ayudas de Estado", aseguró De Palacio.

A medio plazo, según Bruselas, hay que adoptar medidas para "blindar" la economía europea frente a las oscilaciones del precio del crudo. Para ello, comentó De Palacio, también hay que diversificar las fuentes de energía, apostando por las renovables y la nuclear, y mejorando la eficiencia energética de los sistemas de producción, de transportes y del consumo asociado a la vida de los ciudadanos.

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