LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

El líder socialista dice que la Cámara impide el control del Ejecutivo

José Luis Rodríguez Zapatero escogió la sede del Congreso, ante sus parlamentarios, para calificar de "inoperante" al actual Parlamento, al considerar que no está sujeto a las demandas sociales e impide su principal función: el control del Gobierno.El líder del PSOE considera que su larga experiencia de 14 años como diputado le avala para afirmar que el Parlamento está aquejado de "rigidez, burocracia, escasez de medios, falta de transparencia y escasa agilidad". "Un Parlamento, primer poder del Estado, que no es capaz de controlar la evolución y ejecución del gasto público de la Administració...

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José Luis Rodríguez Zapatero escogió la sede del Congreso, ante sus parlamentarios, para calificar de "inoperante" al actual Parlamento, al considerar que no está sujeto a las demandas sociales e impide su principal función: el control del Gobierno.El líder del PSOE considera que su larga experiencia de 14 años como diputado le avala para afirmar que el Parlamento está aquejado de "rigidez, burocracia, escasez de medios, falta de transparencia y escasa agilidad". "Un Parlamento, primer poder del Estado, que no es capaz de controlar la evolución y ejecución del gasto público de la Administración del Estado y aun de conocerlo en tiempo y forma". Los ministros no quedaron bien parados, al ser acusados de eludir sus comparecencias con "artimañas y subterfugios" y acudir cuando el motivo de su petición de comparecencia ya ha decaído en el interés ciudadano. Rodríguez Zapatero considera que la urgente reforma del actual reglamento del Congreso es imprescindible.

Durante media hora, y en absoluto silencio, los diputados, senadores y eurodiputados escucharon los objetivos del secretario general para esta legislatura haciéndoles protagonistas absolutos de la labor de oposición.

El ex presidente del Gobierno Felipe González escuchó la intervención desde una de las últimas filas, así como el ex secretario general y ex candidato a la presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia, y el ex vicesecretario general Alfonso Guerra. Todos alabaron la intervención de Rodríguez Zapatero, quien insistió en su actitud moderada. "La ciudadanía no quiere una oposición que crispe la vida social. Los ciudadanos, con razón, están hartos de los insultos entre los políticos. Hace falta una oposición activa que reconozca si es menester los aciertos, censure con fuerza y nitidez los errores y siempre ofrezca una mejor solución a cada política que se critica del Gobierno".

El Ejecutivo de José María Aznar "se siente distante, con menos pulso y sin un mínimo entusiasmo de futuro. Su política es errática, hay falta de impulso y su orientación es claramente favorecedora de grupos minoritarios", concluyó.

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