La autopsia del niño muerto en Rodonyà indica posibles abusos

La policía judicial de Tarragona investiga posibles motivaciones sexuales en la muerte de Zouher Rajoui, el niño marroquí de ocho años que apareció muerto en un pozo de la población de Rodonyà (Alt Camp) el pasado 9 de agosto. La autopsia practicada al cadáver ha revelado indicios de que pudo padecer abusos sexuales. La policía, según explicaron fuentes cercanas a la investigación, está centrándose en el entorno del menor. La familia de Zouher Rajoui no se mostró ayer sorprendida ante esta nueva línea de investigación, puesto que la posibilidad de que el niño hubiera padecido alguna agresión y...

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La policía judicial de Tarragona investiga posibles motivaciones sexuales en la muerte de Zouher Rajoui, el niño marroquí de ocho años que apareció muerto en un pozo de la población de Rodonyà (Alt Camp) el pasado 9 de agosto. La autopsia practicada al cadáver ha revelado indicios de que pudo padecer abusos sexuales. La policía, según explicaron fuentes cercanas a la investigación, está centrándose en el entorno del menor. La familia de Zouher Rajoui no se mostró ayer sorprendida ante esta nueva línea de investigación, puesto que la posibilidad de que el niño hubiera padecido alguna agresión ya se había comentado en la pequeña población del Alt Camp. Los padres de Zouher Rajoui, afincados en Rodonyà desde hace 10 años, se trasladaron la pasada semana a Marruecos para darle sepultura. El Ayuntamiento colaboró en el coste de la repatriación del cuerpo e instaló en las dependencias municipales una urna para que los vecinos pudieran aportar ayudas.

El caso continúa bajo secreto de sumario. El cuerpo del niño apareció el 9 de agosto en el fondo de un pozo, a unos 400 metros del casco urbano. Su padre había denunciado la desaparición ante la Guardia Civil alrededor de las diez de la noche del día anterior, momento en el que se dispuso un operativo de búsqueda del niño que se prolongó hasta las dos de la madrugada y en el que participaron 200 vecinos de Rodonyà.

La investigación determinó que el niño había muerto de forma violenta, tanto por las contusiones que presentaba el cuerpo como por el hecho de que resultara muy difícil, dada la construcción del pozo, que se hubiera caído por accidente.

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