Moscú y Tokio no consiguen un acuerdo sobre las islas Kuriles

Rusia y Japón seguirán sin firmar un tratado de paz que ponga fin oficialmente a la II Guerra Munidal por lo menos durante otro año. El presidente ruso, Vladímir Putin, rechazó ayer la propuesta nipona de demarcar la frontera al norte de Etorofu (la más septentrional de las cuatro islas que el Kremlin obtuvo en la guerra y que Tokio quiere recuperar), aunque, mientras tanto, las llamadas Kuriles del Sur seguirían administradas por Moscú.Putin, que se encuentra en visita oficial en Japón, dijo al primer ministro nipón, Yoshiro Mori, que la proposición hecha en 1998 por Tokio para trazar la fr...

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Rusia y Japón seguirán sin firmar un tratado de paz que ponga fin oficialmente a la II Guerra Munidal por lo menos durante otro año. El presidente ruso, Vladímir Putin, rechazó ayer la propuesta nipona de demarcar la frontera al norte de Etorofu (la más septentrional de las cuatro islas que el Kremlin obtuvo en la guerra y que Tokio quiere recuperar), aunque, mientras tanto, las llamadas Kuriles del Sur seguirían administradas por Moscú.Putin, que se encuentra en visita oficial en Japón, dijo al primer ministro nipón, Yoshiro Mori, que la proposición hecha en 1998 por Tokio para trazar la frontera entre ambos países de manera tal que Moscú reconozca las islas de Etorofu, Habomai, Kunashiri y Shikotán como territorio japonés "no puede ser admitida como base para llegar a un compromiso aceptable para ambas partes". Putin considera que las negociaciones sobre los problemas territoriales deben ser escalonadas y deben ir precedidas por una mejora en las relaciones en otros campos, concretamente por mayores inversiones niponas en el extremo oriente ruso.

Promesa de Jruschov

Fuera del céntrico palacio de Akasaka, donde transcurrieron las conversaciones entre Putin y Mori, nacionalistas japoneses se manifestaron exigiendo, a través de altavoces, la devolución de las islas. Cuando en 1956 Moscú y Tokio reanudaron las relaciones diplomáticas, el entonces líder soviético Nikita Jruschov se comprometió a devolver dos de las islas en disputa -Habomai y Shikotán-, lo que nunca se realizó debido a la firma del pacto de seguridad entre Japón y Estados Unidos, que enfureció al Kremlin. Pero ahora los japoneses ya no se conformarían si Rusia aceptara cumplir la promesa de Jruschov: Mori ha dejado claro que Tokio exige la devolución de las cuatro islas y no sólo de dos. Japón también rechazó la proposición rusa de firmar, mientras tanto, un tratado de paz, amistad y cooperación y de dejar la solución del contencioso para más tarde.Putin hizo ayer un breve intermedio en las difíciles negociaciones con Mori para, acompañado de su esposa, Ludmila, almorzar con el emperador Akihito y la emperatriz Michiko. Hoy Mori y Putin firmarán una quincena de documentos concernientes a un amplio abanico de temas, desde la deuda rusa hasta la protección del medio ambiente, pasando por los problemas que plantea Corea del Norte y la proliferación nuclear.

Algunos observadores opinan que la firma de esos documentos no tiene importancia y son un mero espectáculo diplomático. Los japoneses todavía son reticentes a invertir en Rusia no ya por el problema territorial, sino también por motivos más pragmáticos: la corrupción y la inestabilidad política.

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