El bosquimano de Banyoles dejará el museo Darder a primeros de octubre

El guerrero bosquimano disecado expuesto en el museo Darder de Banyoles (Pla de l'Estany) podría emprender su definitivo retorno a África durante la primera quincena del mes próximo. El Ministerio de Asuntos Exteriores está negociando actualmente con el Gobierno de Botsuana a través del embajador español acreditado en este país africano para acordar una fecha que permita a las autoridades del país receptor del guerrero organizar una ceremonia de desagravio. Con toda probabilidad, el guerrero bosquimano viajará, en un medio de transporte todavía por determinar, por carretera hasta Barcelona, ...

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El guerrero bosquimano disecado expuesto en el museo Darder de Banyoles (Pla de l'Estany) podría emprender su definitivo retorno a África durante la primera quincena del mes próximo. El Ministerio de Asuntos Exteriores está negociando actualmente con el Gobierno de Botsuana a través del embajador español acreditado en este país africano para acordar una fecha que permita a las autoridades del país receptor del guerrero organizar una ceremonia de desagravio. Con toda probabilidad, el guerrero bosquimano viajará, en un medio de transporte todavía por determinar, por carretera hasta Barcelona, donde será embarcado en un avión que lo trasladará hasta Gaborone, la capital de Botsuana, o hasta otra población africana próxima.Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores no quisieron ayer ir más allá de la confirmación de la fecha aproximada del viaje y mucho menos entrar en detalles sobre el transporte del guerrero. Las autoridades españolas temen la repercusión internacional que pueda tener la repatriación del guerrero bosquimano. Fuentes próximas a los círculos de decisión de los pormenores del viaje han admitido que existe el temor de que la prensa internacional pueda ridiculizar la actuación española en una repatriación tan peculiar y de la que no existe ningún precedente. Las presiones para retirar el guerrero de la exhibición y promover su vuelta a África han provenido en su totalidad de países y organizaciones africanos.

El Gobierno español teme que el resto de Europa no entienda bien su gesto y lo interprete como un signo de debilidad. El Ministerio de Asuntos Exteriores, al igual que el Ayuntamiento de Banyoles, desea que la repatriación pase lo más inadvertida posible, y por eso no ha atendido las peticiones para facilitar el seguimiento periodístico del viaje. También son conscientes de que el caso es tan paradójico y singular que permite sacar punta a cualquier detalle.

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