El crudo roza los 32 dólares a pesar de la presión saudí para producir más

El mercado petrolero ignoró ayer el anuncio de Arabia Saudí de que defenderá un incremento de la producción de crudo para hacer bajar los precios en la reunión de la próxima semana de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). La cotización del barril de petróleo brent rozó ayer (y por momentos llegó a superar) los 32 dólares por segunda jornada consecutiva. Cerró a 31,72 dólares. El miércoles finalizó la sesión a un precio de 31,98 dólares y el mercado ya sabía cuál era la intención saudí. Ayer, cuando el reino la anunció oficialmente, el precio no hizo más que mantener...

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Sólo buenas intenciones

El mercado petrolero ignoró ayer el anuncio de Arabia Saudí de que defenderá un incremento de la producción de crudo para hacer bajar los precios en la reunión de la próxima semana de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). La cotización del barril de petróleo brent rozó ayer (y por momentos llegó a superar) los 32 dólares por segunda jornada consecutiva. Cerró a 31,72 dólares. El miércoles finalizó la sesión a un precio de 31,98 dólares y el mercado ya sabía cuál era la intención saudí. Ayer, cuando el reino la anunció oficialmente, el precio no hizo más que mantenerse cercano a su máximo desde la guerra del Golfo en 1991. Además, la cesta de la OPEP, que reúne los siete tipos de calidades de crudo que producen los miembros del cartel, llegó ayer a un récord de 31,70 dólares.Los intermediarios del crudo ya no se fían ni del peso pesado de la OPEP. Arabia Saudí, que produce más de 8 millones de barriles diarios, fue el artífice de las dos últimas subidas de producción de la OPEP, en marzo y junio pasados. Los saudíes lograron unos moderados incrementos de las cuotas a pesar del lobby de Irán, segundo mayor productor del cartel, Libia y Argelia, que se oponían a ello. Sin embargo, el alza de la producción (704.000 barriles diarios) pactada en la última cumbre del cartel del 21 de junio decepcionó tanto al mercado que el precio, en vez de bajar, subió.

Arabia Saudí decidió entonces (el 3 de julio) anunciar un aumento de su producción de medio millón de barriles diarios para calmar los ánimos de los países industrializados, a los cuales unos días antes se les había escapado la oportunidad de empezar a sentir cierto alivio en la lucha por contener la inflación. El problema es que Arabia Saudí sólo puso en el mercado 200.000 barriles de los 500.000 prometidos. Algunos analistas, los menos, atribuyen la escasa contribución saudí a problemas de infraestructuras circunstanciales. La mayoría piensa que la iniciativa saudí fue convenientemente frenada por sus socios, en especial por Irán y Venezuela.El mercado, según analistas como Leo Drollas, economista jefe del Centro de Estudios de la Energía Global (CGES) de Londres, no duda de que Arabia Saudí hará una fuerte presión ante la OPEP para que la producción suba, pero también sabe que esas decisiones se toman por unanimidad en el seno del cartel.

Añadido a la pugna política interna de la OPEP de ceder o no ante las presiones de Europa y EE UU para que se suba la cuota de extracción, está el problema de la capacidad productiva de la organización. El mercado también está al tanto de que la mayoría de los miembros de la organización no pueden producir más barriles diarios de los que hoy extraen. A lo sumo, dos o tres miembros podrían elevar ligeramente sus cuotas en los próximos meses.

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