La Generalitat propone que se implante el carné de conducir por puntos

La Generalitat catalana va a proponer al Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Tráfico, la implantación del carné de conducir por puntos con el fin de penalizar a los automovilistas reincidentes en las infracciones y que causan la mitad de los accidentes de carretera. Esta propuesta y la de la instalación de tacógrafos en los turismos son algunas de las medidas que baraja la consejería catalana de Interior para reducir la siniestralidad. Barcelona tiene desde 1999 el récord provincial de accidentes mortales.

La revelación de que Barcelona ocupa el primer puesto pr...

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La Generalitat catalana va a proponer al Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Tráfico, la implantación del carné de conducir por puntos con el fin de penalizar a los automovilistas reincidentes en las infracciones y que causan la mitad de los accidentes de carretera. Esta propuesta y la de la instalación de tacógrafos en los turismos son algunas de las medidas que baraja la consejería catalana de Interior para reducir la siniestralidad. Barcelona tiene desde 1999 el récord provincial de accidentes mortales.

Tacógrafos en los turismos

La revelación de que Barcelona ocupa el primer puesto provincial por accidentes con víctimas (18.620 en 1999), a mucha distancia de Madrid (12.125), que ha rebajado su siniestralidad, ha merecido matizaciones por parte de las autoridades catalanas competentes. Entre otras razones, porque los datos ofrecidos por la Dirección General de Tráfico, en crudo, no recogen circunstancias especiales de esa provincia.Antonio Bedoya, subdirector técnico del Servicio Catalán de Tráfico, que ejerce plenas competencias en Girona y Lleida, apunta que al hacer el balance de la siniestralidad no se tiene en cuenta que las tres provincias catalanas del litoral soportan una intensidad de tráfico internacional muy superior a otras. Por añadidura, la comarca del Barcelonés -el área metropolitana de la capital catalana- se despliega sobre un entramado urbano que dificulta la circulación. La propia Barcelona está enlazada con Badalona y L'Hospitalet de Llobregat por simples vías urbanas. Esto hace que 15.000 de los accidentes del año pasado tuvieron como escenario estas zonas urbanas..

Bedoya indica que cada año son nueve millones las personas que veranean en Cataluña y la mayoría de ellas acuden en sus coches. "¿Cuántos accidentes hay en Madrid en agosto?", se pregunta.

El informe de Tráfico no diferencia los accidentes mensuales por ciudades, aunque sí refleja que agosto es el mes en el que menos víctimas urbanas se producen. "Madrid se vacía y Barcelona no", apostilla Bedoya.

En cuanto al parque automovilístico, que adjudica 415.903 vehículos de más a Madrid, Bedoya replica que buena parte de ellos corresponden a las compañías de alquiler, que tienen la obligación de matricularlos en su ciudad sede. Por contra, Barcelona tiene un plus de ciclomotores: más de 225.000, que computan en la accidentalidad como un vehículo más.

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Justificaciones al margen, los responsables de tráfico catalanes están convencidos de que la única vía para frenar la tendencia al alza de la siniestralidad vial es endurecer las sanciones a los infractores. "Tenemos un conductor que ha cometido infracciones graves más de 30 veces. Ya se le ha retirado el carné de conducir. Aunque es un caso extremo, los estudios que hemos hecho revelan que la mitad de las infracciones las cometen sólo un 6% de los conductores. Eso hay que pararlo", dice Bedoya.Tal como ha anunciado el consejero de Interior, Xavier Pomés, la Generalitat va a proponer al Ministerio del Interior que implante por ley el carné por puntos como se hizo en Francia. A cada sanción, un punto menos, hasta que se retira el carné. Hace seis años Tráfico habló ya de establecerlo, pero las dificultades burocráticas y su coste lo frustraron. "Es complicado crear una base de datos con las infracciones urbanas y las de carretera, pero tendremos que acabar haciéndolo", concluye Bedoya.

Las autoridades catalanas también son partidarias de colocar tacógrafos en los turismos para controlar su velocidad, un elemento que ya se incorpora en algunos modelos norteamericanos. Bedoya admite que no será muy bien aceptado por los usuarios, pero recuerda que tampoco lo fueron en su día los cinturones de seguridad.

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