El agua que llegaba a 500 familias de Alcalá contenía gasóleo, según dos análisis

El Ayuntamiento de Alcalá recomendó ayer a las 500 familias que denunciaron olor a gasóleo en el agua que sale de sus grifos que no la beban hasta septiembre. Los análisis del Instituto Nacional de Toxicología y del Canal de Isabel II han confirmado la existencia de hidrocarburos en la red de la calle de Huertas. En las muestras tomadas el día 10 en las viviendas no se han hallado hidrocarburos. Pero sí en las que se tomaron un día antes en las tuberías de la calle.

Las medidas para solucionar el problema surgido el pasado 15 de julio ya están adoptadas, pero el origen del mismo, de dón...

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El Ayuntamiento de Alcalá recomendó ayer a las 500 familias que denunciaron olor a gasóleo en el agua que sale de sus grifos que no la beban hasta septiembre. Los análisis del Instituto Nacional de Toxicología y del Canal de Isabel II han confirmado la existencia de hidrocarburos en la red de la calle de Huertas. En las muestras tomadas el día 10 en las viviendas no se han hallado hidrocarburos. Pero sí en las que se tomaron un día antes en las tuberías de la calle.

Las medidas para solucionar el problema surgido el pasado 15 de julio ya están adoptadas, pero el origen del mismo, de dónde procede el gasóleo que se ha introducido en la red, aún no se ha establecido con certeza.Las soluciones adoptadas por el Ayuntamiento han sido reservar un millón de pesetas para pagar el agua embotellada que consuman los vecinos, limpiar dos veces la red y los depósitos de agua o aljibes de las comunidades vecinales; purgar las tuberías con agua a presión e hipoclorito, como le ha recomendado el Canal de Isabel II, a quien pidió consejo; y renovar por completo la red de distribución de agua potable del barrio. Estas obras, que ya han comenzado, durarán tres meses y tendrán un coste de 32 millones.

Sobre el origen del problema, el Ayuntamiento tiene una "teoría con un 80% de posibilidades", que apunta a las instalaciones de un edificio conocido en el barrio como la casa diocesana, dependiente del obispado. "En el complejo hay un depósito de gasóleo que tenía una fuga; el gasóleo llegó a un pozo de agua situado en el inmueble; ese pozo, que cuenta con una bomba de presión, está conectado a la red y por ahí es por donde se han producido las filtraciones", según fuentes municipales. Los análisis han demostrado que el agua de ese pozo contenía restos de hidrocarburo.

Puntos débiles

La teoría del Ayuntamiento tiene tres puntos débiles. Uno de ellos es que la conexión del pozo con la red general de distribución, no está demostrada, los mapas de la red de aguas de Alcalá no son tan buenos y no se ha explorado la relación in situ, según el edil de Medio Ambiente, Fernando Marín (PSOE). Por eso aún no se han pedido responsabilidades al obispado, propietario del edificio. Los servicios jurídicos municipales están estudiando el caso.El segundo punto débil es la presión que tiene el agua que conduce las tuberías, cuatro kilos por centímetro cuadrado, que impide intromisiones de fluidos a menor presión. El tercero es que el punto de la red donde se ha encontrado la mayor concentración de gasóleo -0,7 miligramos por litro- no está en la casa diocesana, aunque se halla próximo. En las otras muestras se detectaron niveles inferiores (cerca de los 0,05 miligramos por litro).

Marín apuntó que el nivel máximo admisible de hidrocarburos en el agua es de 0,01 miligramos por litro.

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El obispado señaló hace unos días, a través de su vicario general, Florentirno Rueda, que el depósito de gasóleo de la casa diocesana (el antiguo convento de las adoratrices), es estanco y no ha tenido fugas, y que así lo avala un informe técnico. Pero no mostró ese informe. "La mancha de gasóleo en la pared se debe a un rebose que hubo en su momento al llenar el depósito", indicó.

Marín no pudo explicar ayer por qué hay restos de hidrocarburos en 4 de las 13 muestras de agua tomadas en las tuberías -los días 2 y 9 de agosto, y analizadas por el Instituto de Toxicología y el Canal de Isabel II, respectiva-mente- y no lo haya en las muestras analizadas por la Comunidad de Madrid, cogidas directamente de los grifos el pasado día 10. Dos de ellas se tomaron en la purga de una tubería y un grifo del mismo punto, el número 7 de la calle de las Escuelas Pías. "No sé a qué se debe la diferencia, quizás a que el depósito o pozo origen del problema no se ha vuelto a utilizar", manifestó. El Ayuntamiento requirió ayer a la clausura del pozo, ya que este tipo de instalaciones no están permitidas.

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