España-Irak: una relación susceptible de mejora

El pasado día 17, Irak celebró su fiesta nacional. Los invitados al cóctel de su Embajada en Madrid llenaron el jardín, pero el ambiente distaba mucho del optimismo que se respiraba hace dos años cuando circulaban rumores de un inminente levantamiento de las sanciones y la diplomacia española incluso planeaba un viaje del entonces ministro Abel Matutes a Bagdad. En este tiempo, diplomáticos y hombres de negocios han rebajado sus expectativas."Nos hace falta un gesto político", asegura un hombre de negocios hispano-iraquí que resiente la competencia de sus colegas franceses o alemanes. "Para co...

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El pasado día 17, Irak celebró su fiesta nacional. Los invitados al cóctel de su Embajada en Madrid llenaron el jardín, pero el ambiente distaba mucho del optimismo que se respiraba hace dos años cuando circulaban rumores de un inminente levantamiento de las sanciones y la diplomacia española incluso planeaba un viaje del entonces ministro Abel Matutes a Bagdad. En este tiempo, diplomáticos y hombres de negocios han rebajado sus expectativas."Nos hace falta un gesto político", asegura un hombre de negocios hispano-iraquí que resiente la competencia de sus colegas franceses o alemanes. "Para conseguir un contrato de hasta tres millones de dólares basta con tener un buen producto y saberlo vender, pero los grandes contratos sólo se consiguen con un empujón, como puede ser la visita de un ministro", explica la fuente. "Y no hay que olvidar que son 6.000 millones de dólares los que están en juego cada seis meses".

La responsable de la Oficina Comercial española en Bagdad, María Coriseo González, admite que "Irak adjudica contratos ligados a consideraciones políticas", pero rechaza la acusación de "falta de apoyo institucional". La consejera comercial subraya que la participación de empresas españolas en el programa Petróleo por Alimentos "se ha multiplicado por diez" desde la primera fase (de diciembre de 1996 a junio de 1997) hasta la séptima (que concluyó el pasado 9 de junio). El volumen de contratación en las siete fases ha sumado 200 millones de dólares, aunque González reconoce que hay "margen para mejorar".

"Nosotros fuimos los pioneros en 1994", insiste el responsable de una compañía de exportación española con oficinas en la capital iraquí. "Invertimos dinero, trabajo y tiempo, e incluso logramos alcanzar el tercer o el cuarto puesto en la lista de países prioritarios de Irak", asegura, en referencia a la situación de España en el ranking oficioso de países a los que Irak favorece.

"Todo depende de con quién nos comparemos", explica la consejera comercial, que admite haber oído hablar de esa lista, en la que España estaría hoy en el puesto 14 o 15. "China, Rusia y Francia, en cuanto miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, son prioritarios para Bagdad, y luego hay otros, como Cuba o Yugoslavia, con los que existen afinidades políticas, pero si nos comparamos con otros países de nuestro entorno, no salimos mal parados. España es el tercer suministrador a Irak entre los de la UE", asegura. González precisa también que, a pesar del interés a medio y largo plazo en Irak (reconstrucción, reservas de petróleo), los intercambios son similares a los que se tienen con otros países de la zona.

Desde el inicio del programa Petróleo por Alimentos en 1996, Irak ha exportado 1,9 billones de barriles de petróleo por 30.700 millones de dólares. El 66% de esos ingresos se han dedicado a la compra de alimentos y medicinas para cubrir las necesidades humanitarias de los iraquíes; un 30% ha ido a compensar los daños causados por la invasión de Kuwait, y el resto, a gastos de la ONU.

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