Francia decide mantener en tierra sus cinco aviones Concorde

La Oficina de Investigación de Accidentes (BEA) admitió la imposibilidad de "escribir el guión de lo sucedido" el 25 de julio, cuando un Concorde de Air France se estrelló tras dos minutos de vuelo causando la muerte a 113 personas. La declaración equivale a admitir que, de momento, resulta imposible sacar conclusiones sobre sus causas. Por las autoridades galas han decidido mantener en tierra sus aviones supersónicos.Para el ministro Transporte de Francia, Jean Claude Gayssot, "los hechos son claros: tren de aterrizaje averiado, motores que se paran, neumáticos que estallan, depósito de quero...

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La Oficina de Investigación de Accidentes (BEA) admitió la imposibilidad de "escribir el guión de lo sucedido" el 25 de julio, cuando un Concorde de Air France se estrelló tras dos minutos de vuelo causando la muerte a 113 personas. La declaración equivale a admitir que, de momento, resulta imposible sacar conclusiones sobre sus causas. Por las autoridades galas han decidido mantener en tierra sus aviones supersónicos.Para el ministro Transporte de Francia, Jean Claude Gayssot, "los hechos son claros: tren de aterrizaje averiado, motores que se paran, neumáticos que estallan, depósito de queroseno agujereado, etcétera, pero aún no se ha establecido cómo se encadena todo eso".

Los expertos de la Dirección General de la Aviación Civil se han amparado en estas dudas, expresadas el lunes por la BEA, para negar la autorización de vuelo a los otros cinco Concorde de Air France. "No podemos establecer medidas específicas de seguridad mientras no sepamos lo sucedido", dijo un portavoz.

Gayssot ha ido más lejos al decir que no aceptará ningún tipo de presión comercial. "La decisión sobre la reanudación de los vuelos se adoptará a partir de criterios técnicos".

Un portavoz de sindicato de pilotos, Bernard Pedamon, apoyó ayer al ministro: "La presión comercial" en el caso del Concorde es "muy inferior a la de las investigaciones de los accidentes mortales del Airbus A320 o el Boeing 747". Según Pedamon, estos aparatos "tuvieron muchos problemas técnicos en un primer momento, pero ninguna administración se atrevió a tomar medidas drásticas. El lobby era tan potente que nadie se planteó anular el permiso de vuelo".

No deben pensar igual los dirigentes de British Airways, que mantienen los vuelos de sus Concorde entre Londres y Nueva York, aunque ayer se vieron forzados a suspender el despegue de otro de sus aparato "porque necesitaba ajustes menores" sin especificar. El portavoz del sindicato, Patrick Auguin, admite que esta diferencia entre la compañía británica y la francesa "no puede mantenerse demasiados días. No es bueno para nadie".

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