"El avión llevaba un motor ardiendo, de un reactor salía una llamarada de 20 metros"

"Era tan increíble, pasó tan cerca, se veía todo con tanto detalle, el motor en llamas..., creí que se trataba del rodaje de una película, de un falso accidente", explicaba ayer una perpleja testigo del accidente del Concorde. Christophe Furet, que trabaja en unas oficinas vecinas al aeropuerto de Roissy, habla del "ruido extraño" que le hizo levantar la vista: "El avión llevaba un motor ardiendo, de un reactor salía una llamarada de 20 metros". El avión se estrelló en Gonesse, en una de las pocas zonas no habitadas de la región y entre dos aeropuertos.

Cada día, a las once de la mañana...

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"Era tan increíble, pasó tan cerca, se veía todo con tanto detalle, el motor en llamas..., creí que se trataba del rodaje de una película, de un falso accidente", explicaba ayer una perpleja testigo del accidente del Concorde. Christophe Furet, que trabaja en unas oficinas vecinas al aeropuerto de Roissy, habla del "ruido extraño" que le hizo levantar la vista: "El avión llevaba un motor ardiendo, de un reactor salía una llamarada de 20 metros". El avión se estrelló en Gonesse, en una de las pocas zonas no habitadas de la región y entre dos aeropuertos.

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Cada día, a las once de la mañana, despega un Concorde de la línea regular que une París con Nueva York del aeropuerto de Roissy-Charles de Gaulle. Entre éste y el de Le Bourget, reservado ahora a aviones privados y oficiales, se estrelló ayer el Concorde. La distancia entre las dos instalaciones es de menos de 15 kilómetros y en un radio de menos de 40 se hallan las de Orly y las militares de Villacoublay. "El avión intentaba dar la vuelta, quizás quería regresar a Roissy, pero no pudo, porque enseguida se puso panza arriba y cayó al suelo", declara otro testigo visual del drama.El despacho de Patrick Halbout también le permite asistir al baile incesante de aviones en torno a Roissy. "Oí una explosión y salí al balcón. Estaba claro que el avión iba a estrellarse, volaba muy bajo, con un ala en llamas. Después, al caer, de pronto, una gran llamarada y trozos de acero que caían por todas partes". Un colega de despacho, Guy Frechet, optó por ir a buscar el coche y dirigirse al lugar de donde salían las llamas. "Estamos a cinco minutos del sitio. Cuando llegamos, vimos que una parte del hotel Hotelissimo había desaparecido. El fuego era enorme, impresionante".

El primer ministro Lionel Jospin, que se desplazó a Roissy inmediatamente, confirmó enseguida que "al piloto del Concorde le abrieron inmediatamente las pistas de Roissy y de Le Bourget, pero, desgraciadamente, no pudo alcanzarlas".

Difícil de manejar

El avión en el que el presidente de la República, Jacques Chirac, regresaba de la cumbre de los países más industrializados del mundo celebrada en Tokio acababa de tomar tierra cuando se produjo el accidente. "La torre de control me ordenó que no me dirigiese hacia la terminal y que liberase la pista para facilitar un aterrizaje de urgencia", dijo el piloto del aparato presidencial. Para Michel Polacco, un piloto profesional, "de momento, sólo puede hablarse de circunstancias, y no de causas, pues no sabemos cómo explicarnos que el Concorde no pudiese realizar su despegue, pues su tripulación está perfectamente preparada para hacerlo con sólo tres de sus cuatro reactores". Sin embargo, otro piloto, Pierre-Emmanuel Sudre, recordaba que "los aviones de reacción son difíciles de manejar a baja velocidad. Pueden seguir recto, pero cuando giras te arriesgas a que una de las alas desconecte". El presidente director general (PDG) de Air France, Jean-Cyril Spinetta, que también acudió de inmediato a Gonesse, tampoco sabía por qué el piloto no había podido realizar un despegue que, dos veces al año, efectúa en unos ejercicios especiales para quienes tienen entre sus manos la responsabilidad de un Concorde. "Todo ha sido provocado por una avería en uno de los motores del avión. El accidente no tiene nada que ver con las microfisuras detectadas la semana pasada en la estructura de los Concorde. Aquí no ha habido problema estructural. Es más, el avión había sido revisado hace sólo cuatro días, antes, pues, de ser entregado al operador chárter que lo había fletado".

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El aparato accidentado ayer no era de los más antiguos en la flota de la compañía Air France, pues había entrado en servicio el mes de octubre de 1981 y tenía menos de 10.000 horas de vuelo.

"Era una bomba"

Algunos testimonios, como el de François Pommier, que circulaba por la autopista cuando el Concorde pasó por encima de su autobús, afirman que "el avión lanzó el queroseno que llevaba antes de estrellarse", pero otras fuentes, entre ellas los bomberos, dicen que "el fuego ha sido enorme, porque el avión llevaba las 100 toneladas de queroseno en sus depósitos. Era una bomba".

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