Barcelona tiene un déficit de 100.000 plazas de aparcamiento

El aparcamiento es un problema para el conductor en una ciudad con un déficit de 100.000 plazas. Pero se convierte en un problema para el resto de los ciudadanos cuando el coche se deja en un lugar prohibido. En especial si es en doble fila. Una práctica que se había convertido en habitual, aprovechando que las zonas azules estaban vigiladas y que los encargados de ellas podían denunciar a quienes superaran el horario o no tuvieran ticket, pero no a quienes aparcaran fuera de ella en el carril de la circulación.Desde hace unos meses, Clos ha autorizado a los vigilantes a denunc...

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El aparcamiento es un problema para el conductor en una ciudad con un déficit de 100.000 plazas. Pero se convierte en un problema para el resto de los ciudadanos cuando el coche se deja en un lugar prohibido. En especial si es en doble fila. Una práctica que se había convertido en habitual, aprovechando que las zonas azules estaban vigiladas y que los encargados de ellas podían denunciar a quienes superaran el horario o no tuvieran ticket, pero no a quienes aparcaran fuera de ella en el carril de la circulación.Desde hace unos meses, Clos ha autorizado a los vigilantes a denunciar a los coches que se aparquen mal en las inmediaciones de la zona azul. Para ello ha utilizado el artículo 96 de la Carta Municipal y ha emitido autorizaciones nominales a cada uno de los guardas de zona azul. La medida, aseguró ayer un portavoz municipal, es independiente de la huelga de celo de la Guardia Urbana, que ha bajado considerablemente el número de denuncias que impone.

"Se tiende a la normalización", aseguraron ayer la concejal responsable de la Guardia Urbana, Carme San Miguel, y el gerente del área, Blas Alascio. Es decir, aún no se ha llegado a la normalidad. San Miguel explicó que el punto más bajo se produjo en diciembre, cuando los guardias sólo pusieron el 15% de las multas previsibles. En junio la cifra subió al 55%. San Miguel aseguró que los sindicatos ya han dado orden a los agentes para que actúen con normalidad y añadió que los incumplimientos de actividad de los guardias "se están analizando uno por uno" con vistas a posibles expedientes y sanciones.

La concejal no dio ayer el número de multas puestas en el primer semestre de este año para poder compararlo con el del pasado, pero sí lo hizo con los controles de alcoholemia (11.830 en 1999, 3.936 en los últimos seis meses) y coches retirados por la grúa (85.290 en el primer semestre del pasado, año, 43.554 en este).

San Miguel dio los datos que muestran la "tendencia a la normalidad" de la Guardia Urbana, coincidiendo con el anuncio de la licitación de nuevos aparcamientos en la ciudad. Las plazas en construcción y las autorizadas ayer (2.417) superan las 5.000, de las 8.000 que se prevé construir hasta el año 2006. En buena parte estos aparcamientos son para residentes, aunque algunos de ellos, por ejemplo el que se hará en el subsuelo de la Ciutat del Teatre, será también de rotación. Construidas todas las plazas previstas, el déficit de aparcamientos en Barcelona será de 100.000 plazas, teniendo en cuenta las de los residentes en la ciudad y las de quienes la utilizan sin vivir en ella. San Miguel aseguró que la política del Ayuntamiento no va a consistir en poner más suelo a disposición del coche, sino en potenciar el transporte público.

Las plazas se distribuyen entre todos los distritos salvo Sant Martí, donde no hay prevista ninguna de momento, aunque las habrá en la zona de Poblenou que se renovará. En el caso de Sarrià y el Eixample no hay nuevas adjudicaciones, pero hay plazas en construcción. En cambio, a Sants, Les Corts, Gràcia y Horta, donde no se adjudicó ninguna plaza en el anterior concurso, les han correspondido ahora varios aparcamientos con unas mil plazas en total.

La decisión de que los vigilantes de la zona azul combatan la indisciplina viaria, que se ha incrementado últimamente, abre la posibilidad de que se multipliquen los recursos. El Gobierno municipal cree que puede ganarlos y, en cualquier caso, está convencido de que este tipo de infracción no puede quedar en nada. Se trata, explicó uno de los técnicos del área de Movilidad, de una de las faltas que más entorpecen el tráfico. Un portavoz municipal calificó de "prioritaria" la lucha contra este tipo de indisciplina y aseguró que los conductores se lo pensarán dos veces porque pueden recurrir contra la multa, pero también pueden perder y en cualquier caso tendrán que apechugar con la molestia.

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