Cartas al director

¿Por qué se falta a la verdad?

La portada de EL PAÍS del domingo y el reportaje de la página 31 titulado El Insalud perdona miles de millones a las asegura-doras privadas de los coches, me dejó perplejo por las inexactitudes que contiene. Si tienen especialistas al alcance de la mano, por favor, consúltenlos antes de publicar algo así. Sobre todo porque hay otros puntos de vista, y lo que es peor: se falta a la verdad.

El lead es tendencioso e irreal. "Cuando un ciudadano abona el seguro de su automóvil no ha zanjado, como cree, su deuda con las aseguradoras". Me perdonarán, pero los ciudadanos n...

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La portada de EL PAÍS del domingo y el reportaje de la página 31 titulado El Insalud perdona miles de millones a las asegura-doras privadas de los coches, me dejó perplejo por las inexactitudes que contiene. Si tienen especialistas al alcance de la mano, por favor, consúltenlos antes de publicar algo así. Sobre todo porque hay otros puntos de vista, y lo que es peor: se falta a la verdad.

El lead es tendencioso e irreal. "Cuando un ciudadano abona el seguro de su automóvil no ha zanjado, como cree, su deuda con las aseguradoras". Me perdonarán, pero los ciudadanos no tienen ninguna deuda con sus aseguradoras. Más bien sólo la obligación de contratar un seguro obligatorio (valga la redundancia).

Se puede leer también que: "Los españoles que han presentado estos días su declaración de la renta ignoran que una parte de sus impuestos será destinada a engrosar los beneficios de estas compañías privadas". Y luego: "Mientras los hospitales públicos se encuentran colapsados por falta de medios, las empresas de seguros del automóvil obtuvieron en el último ejercicio registrado (1998) unos beneficios de 140.000 millones de pesetas".

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Pero, ¿dónde se ha documentado este artículo para decir semejantes cosas? Si por beneficios se entiende que en 1998 las pérdidas del seguro del automóvil rondan los 110.000 millones de pesetas, y para 1999 se calculan en 160.000, a ver cuál es la base de esta afirmación. Desde luego, este año, dos artículos de EL PAÍS dibujaban otra realidad (Jorge Rivera, página 71 del lunes 1 de mayo, y el mío, de la página 28 de Negocios de 5 de marzo).

El informe de la Dirección General de Seguros relativo a 1998 es bastante claro. En ese año, el seguro del automóvil recaudó 885.238 millones de pesetas, la siniestralidad supuso el 89% de las primas adquiridas, el resultado técnico sobre primas adquiridas fue del -16,68%, y el resultado técnico-financiero/primas, del -7,66%, es decir, un desastre. Y 1999 ha sido aún peor. Se calcula que la siniestralidad supuso el 89,83% de las primas recaudadas. Por favor, pregunten al reaseguro internacional por qué han subido las tasas de todos los contratos que mantienen con aseguradoras de automóviles en España.

Sólo hay una evidencia: los seguros del automóvil son más caros este año y lo van a ser mucho más, sobre todo después de la sentencia del Tribunal Constitucional anulando aspectos del baremo de daños personales. Si el seguro va a pagar más, va a cobrar más, eso lo podemos tener todos bien claro.

El sistema de convenios entre la sanidad pública y las instituciones del seguro no será el mejor del mundo, pero es algo partiendo de la base que en este país la sanidad es gratuita y universal para todos los españoles, e incluso para los que no lo son. ¿Sí o no?

Lo que sí que supone un agravio comparativo son las facturas que el Insalud ha estado remitiendo a miles de lesionados relacionados con el automóvil. Cuando las aseguradoras se han desentendido o se han negado a pagar, en todos los casos han intentado cobrar a estas personas (sin conseguirlo en la mayoría de las ocasiones) ¿Por qué un accidentado del automóvil tiene que pagar y, en cambio, si se cae en una escalera el tratamiento le sale gratis? ¿Alguien puede explicar esto? Es una pregunta que me realizan frecuentemente los oyentes del programa de radio que coordino sobre esta materia.- Miguel Benito.

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