Cartas al director

Acerca de lo cardinal

Habito en el hemisferio sur, lo que no me impide ser cotidiano lector de EL PAÍS. Allí los puntos cardinales -o al menos su denominación- no se corresponden con nuestra situación respecto al Ecuador, circunstancia que genera cierto grado de ignorancia sobre estos hitos geográficos. Puntualizo:1. El universo carece de puntos cardinales, pues no hay en él lugar fijo alguno a partir del cual determinarlos, lo cual alivia el "desconocimiento", ya que es imposible tener noción de lo inexistente.

2. Septentrional (septem -siete-, trio-onis -buey de trilla, labranza...

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Habito en el hemisferio sur, lo que no me impide ser cotidiano lector de EL PAÍS. Allí los puntos cardinales -o al menos su denominación- no se corresponden con nuestra situación respecto al Ecuador, circunstancia que genera cierto grado de ignorancia sobre estos hitos geográficos. Puntualizo:1. El universo carece de puntos cardinales, pues no hay en él lugar fijo alguno a partir del cual determinarlos, lo cual alivia el "desconocimiento", ya que es imposible tener noción de lo inexistente.

2. Septentrional (septem -siete-, trio-onis -buey de trilla, labranza-, por las siete estrellas -los "siete bueyes"- de la Osa Menor, con polaris en el extremo del "cucharón") y meridional (meridies, mediodía, indicando el sur por el arco que describe el Sol, que en nuestro hemisferio se verifica sobre el norte), corresponden a visiones propias de los habitantes del Ecuador al norte.

3. Austral y boreal derivan también del latín (australis, boreas), fundamentalmente referidos a vientos del hemisferio norte, y los propios norte y sur parecen provenir -Joan Corominas dixit- del anglosajón, al igual que este y oeste; quizás por la preponderancia británica en las cartas náuticas a partir del siglo XVI.

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4. Oriente y occidente llegan a través del latín origo -y éste de oriri (salir de los astros, el levante del Sol) dando lugar a origen (de allí "oriundo" y "aborigen", entre otros términos castellanos) que lleva a oriens, -oriente- y del latín occidens (¿tal vez poniente, por opuesto a la salida del Sol?

5. En nuestro idioma norte se asimila a destino, y orientarse (desorientarse) significa estar (o no) en el buen rumbo; ¿es una casualidad que fueran puntos vitales en la historia europea, en referencia a la navegación y a la búsqueda de las especias?

6. Lo de medio y lejano como calificativos del oriente no parecen dignos de sentido en otras latitudes geográficas que no sean las europeas, pero los adoptamos aquí, en el sur, en nuestro lenguaje diario.Como se ve, la ignorancia no sólo tiene su génesis en lo iletrado, también admite otras causas. Entre ellas, el monopolio de la historia y la geografía que nos hacen vivir -a los sureños- espacios y tiempos ajenos a nuestra ubicación terrenal.- Óscar Sbarra Mitre. Buenos Aires, Argentina.

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