Los oligarcas rusos y la oposición deploran la detención del magnate

La detención de Vladímir Gusinski, dueño de Media Most, el principal grupo de medios de comunicación de Rusia, ha tenido efectos sísmicos. Políticos y empresarios de todas las tendencias ideológicas califican el encarcelamiento de Gusinski de intolerable persecución política. Además, condenan las acciones de la fiscalía rusa y manifiestan su apoyo al magnate, que, en su opinión, sería una cabeza de turco para intimidar a los opositores del régimen, especialmente a los poderosos. La mayoría de los observadores coinciden en que el escándalo echa por tierra la credibilidad del presidente Putin....

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La detención de Vladímir Gusinski, dueño de Media Most, el principal grupo de medios de comunicación de Rusia, ha tenido efectos sísmicos. Políticos y empresarios de todas las tendencias ideológicas califican el encarcelamiento de Gusinski de intolerable persecución política. Además, condenan las acciones de la fiscalía rusa y manifiestan su apoyo al magnate, que, en su opinión, sería una cabeza de turco para intimidar a los opositores del régimen, especialmente a los poderosos. La mayoría de los observadores coinciden en que el escándalo echa por tierra la credibilidad del presidente Putin.

"Hasta el día de ayer considerábamos que vivíamos en un país democrático. Hoy tenemos serias dudas", manifestó ayer un grupo de influyentes empresarios, banqueros y políticos rusos. Entre ellos destacan Piotr Aven y Mijaíl Friedman, líderes del grupo bancario Alfa; Anatoli Chubáis, ex jefe de la Administración del Kremlin y actual presidente del EYeS, el monopolio de la electricidad rusa; el ex viceprimer ministro Vladímir Potanin, que encabeza el grupo financiero Interrós; y Rem Viájirev, presidente de Gazprom, la mayor empresa de gas del mundo.Para que estos 17 empresarios y banqueros rusos mitiguen en parte sus dudas sobre la limpieza democrática del sistema, exigen en carta abierta la inmediata liberación del dueño de Media Most. Los firmantes de la misiva llegan a la conclusión de que "la fragilidad de la democracia en Rusia quedó confirmada de forma patente" con el encarcelamiento de Gusinski, y piensan que "se ha sentado un precedente que parece ser una represalia contra un adversario político". Asimismo, temen que "este precedente pueda repetirse contra opositores regionales o locales". "A partir de ahora (es decir, del momento en que han salido en defensa de Gusinski), todos nosotros podemos ser catalogados de opositores", afirma este grupo de notables rusos. Hoy es Gusinski, pero mañana pueden ser ellos, comentan.

El valor de esta carta abierta tiene que ver con el prestigio de algunos de sus suscriptores. Chubáis, por ejemplo, tenía relaciones sumamente tirantes con Gusinski; ambos rozaban la categoría de enemigos, lo que no ha impedido a Chubáis salir ahora en defensa del magnate mediático.

Mijaíl Gorbachov, el ex presidente soviético que implantó la glásnost o transparencia informativa, sostuvo ayer que la detención de Gusinski "no sólo es un ataque contra Media Most, sino también un intento de intimidar a los medios de comunicación y a la sociedad en su conjunto".

En defensa de Gusinski han salido, además de declarados demócratas, políticos de tendencias menos parlamentarias, como Guennadi Ziugánov, líder del Partido Comunista.

Por su parte, el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, pidió la libertad condicional para Gusinski. El alcalde aseguró que se comprometía personalmente a garantizar que el magnate no huiría ni se escondería de la justicia. Luzhkov señaló que la detención le recordaba las purgas de la era de Stalin en los años treinta.Gusinski fue detenido el pasado martes sin ningún tipo de acusación formal; tan sólo existe en su contra la sospecha de haber cometido delitos económicos. No obstante, la sospecha es motivo suficiente en Rusia para meter en la cárcel a una persona.

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Intimidación de la fiscalía

La decisión de encarcelamiento preventivo no la toma un juez, sino la fiscalía, que luego tiene 10 días para presentar la acusación. Es un plazo más que suficiente para intimidar a una persona o quebrar su resistencia, teniendo en cuenta la dureza de las cárcelas rusas.Todos los que no son amigos o correligionarios de Gusinski dejan en claro que no están en contra de que investiguen al empresario, se presenten acusaciones y eventualmente responda ante los tribunales, pero deploran el encarcelamiento preventivo. Consideran que esta medida sólo tiene un aplicación en caso de que el sospechoso represente un claro peligro social, por ejemplo, si se trata de una asesino o de un violador.

Según estos políticos y empresarios, Gusinski no es un peligro público y la fiscalía lo sabe bien. De ahí que su encarcelamiento no tiene como fin proteger a la sociedad, sino intimidar a todos los que se oponen al actual régimen, especialmente a los que tienen suficiente influencia social, como opina el ex viceprimer ministro y actual líder del grupo parlamentario Unión de Fuerzas de Derecha, Borís Nemtsov. "Si no os comportáis como es debido, terminaréis en la cárcel de Butirka", es el mensaje del Kremlin, según Nemstov. Este político asegura que el presidente Putin sabe cuándo se planea detener a un personaje de la talla de Gusinski. Es decir, que Putin miente cuando afirma que la detención fue una sorpresa para él.

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