La mala suerte de Cuca

A Concepción E. M., de 32 años, madre de una hija de ocho, conocida familiarmente por el apelativo de Cuca, le ha perseguido siempre la mala suerte. Nació en Don Benito (Badajoz). Fue la tercera de sus cuatro hermanos en venir al mundo. Su padre es médico, y su madre, profesora y periodista. Según sus familiares, el hecho de ser la única chica de la casa le condicionó, ya que estaba obligada a dedicarse a las tareas domésticas. Limpiar, cocinar, fregar, ésa era la vida de la que decidió escapar a los 20 años.Cuca se marchó a Barcelona a trabajar como dependienta.Conoció a un chico, con el que ...

A Concepción E. M., de 32 años, madre de una hija de ocho, conocida familiarmente por el apelativo de Cuca, le ha perseguido siempre la mala suerte. Nació en Don Benito (Badajoz). Fue la tercera de sus cuatro hermanos en venir al mundo. Su padre es médico, y su madre, profesora y periodista. Según sus familiares, el hecho de ser la única chica de la casa le condicionó, ya que estaba obligada a dedicarse a las tareas domésticas. Limpiar, cocinar, fregar, ésa era la vida de la que decidió escapar a los 20 años.Cuca se marchó a Barcelona a trabajar como dependienta.Conoció a un chico, con el que contrajo matrimonio y tuvo una hija. Pero prontó se separó de su cónyuge y decidió trasladarse a Madrid para trabajar. El año pasado volvió a Don Benito para estar al lado de su madre, que agonizaba por culpa de un cáncer. Tras la muerte de su madre regresó a Madrid y empezó a convivir con un suboficial de la Guardia Real al que conocía desde hace tres años.

Los vecinos de Cuca aseguran que llevaba todos los días a su hija a un colegio del barrio de Las Rosas. En los últimos meses había sufrido varias enfermedades, por lo que había tomado a una mujer para que le ayudara en las tareas domésticas. Uno de los hermanos de Cuca también había enfermado tras estar destinado en Bosnia.