"Queremos proteger a nuestros hijos"

"Todas las madres saben que una onza de prevención es mejor que una libra de cura", dijo ayer Bill Clinton en los jardines de la Casa Blanca, en un acto previo al comienzo de la Marcha del Millón de Madres. Clinton, cuyos objetivos de un mayor control del acceso a las armas de fuego por los particulares coinciden con los de los manifestantes de ayer, denunció sin nombrarla a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) como representante del "poder, el dinero y el miedo". Si el presidente no se sumó a la concentración fue, según su portavoz, por meras razones de seguridad. Pero para que quedara clar...

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"Todas las madres saben que una onza de prevención es mejor que una libra de cura", dijo ayer Bill Clinton en los jardines de la Casa Blanca, en un acto previo al comienzo de la Marcha del Millón de Madres. Clinton, cuyos objetivos de un mayor control del acceso a las armas de fuego por los particulares coinciden con los de los manifestantes de ayer, denunció sin nombrarla a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) como representante del "poder, el dinero y el miedo". Si el presidente no se sumó a la concentración fue, según su portavoz, por meras razones de seguridad. Pero para que quedara clara su plena identificación con el acto recibió previamente en la Casa Blanca a sus organizadoras. "Vais a demostrar", les dijo, "que la Constitución norteamericana funciona porque gente decente puede alzarse contra montañas de poder y mover esas montañas en beneficio de sus hijos". Antes de incorporarse personalmente a la concentración, Hillary Clinton, esposa del presidente y candidata demócrata al Senado por Nueva York, se dirigió a las organizadoras reunidas en la Casa Blanca. Dijo: "Tenemos un mensaje muy simple para este Día de la Madre: no queremos flores ni joyas, no queremos una bonita tarjeta o una buena comida; lo que queremos es que nuestro Congreso haga lo que tiene que hacer para proteger a nuestros niños".

Tras la matanza de abril de 1999 en el instituto Columbine, de Denver (Colorado), Clinton presentó una serie de modestas medidas para dificultar el acceso a las armas de fuego. Ante el carácter sagrado del derecho a poseer armas, inscrito en la Segunda Enmienda de la Constitución, Clinton planteó el establecimiento en todo el país de la obligatoriedad de un permiso de armas semejante al permiso de conducir; la imposición de seguros en los gatillos, a fin de hacer más difíciles los accidentes provocados por niños, y un mayor rigor en las ventas de las ferias ambulantes. Por la ley Brady, aprobada en el primer mandato de Clinton, las tiendas que venden armas están obligadas a comprobar con las autoridades los antecedentes del comprador antes de entregarle la mercancía. Esa ley, dijo ayer Clinton, ha evitado que medio millón de delincuentes se hicieran legalmente con armas en los últimos años.

Dureza al aplicar las leyes

Pero la mayoría republicana del Congreso es muy afín a las tesis de la NRA, que preside el actor Charlton Heston. En la misma situación se encuentra el candidato presidencial republicano George Bush. Según la NRA y sus aliados políticos conservadores, EEUU no necesita más leyes sobre armas, sino que se apliquen con dureza las existentes y se acentúe la persecución y castigo de los delincuentes. Pese al trauma nacional provocado por la matanza de Columbine y otros incidentes semejantes en escuelas e institutos, el Congreso bloquea desde la primavera del pasado año las propuestas legislativas de Clinton.

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