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Será difícil, por no decir imposible, presentar nunca una exposición antológica de Català-Roca. Tampoco él parecía considerarlo necesario. Como explicó ayer su hijo Andreu, a lo más que aspiraba era a que permanecieran para la historia una docena de sus imágenes. "Él siempre decía que no todo se puede guardar, que de vez en cuando hay que hacer limpieza", comentó Andreu Català. Los dos hijos del artista, también fotógrafos, son los herederos y conservadores del archivo familiar. Del medio millón de fotografías que realizó Català-Roca se conservan unas 200.000. Durante estos años han invertido ...

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Será difícil, por no decir imposible, presentar nunca una exposición antológica de Català-Roca. Tampoco él parecía considerarlo necesario. Como explicó ayer su hijo Andreu, a lo más que aspiraba era a que permanecieran para la historia una docena de sus imágenes. "Él siempre decía que no todo se puede guardar, que de vez en cuando hay que hacer limpieza", comentó Andreu Català. Los dos hijos del artista, también fotógrafos, son los herederos y conservadores del archivo familiar. Del medio millón de fotografías que realizó Català-Roca se conservan unas 200.000. Durante estos años han invertido buena parte de su herencia en adquirir la maquinaría necesaria para digitalizar las imágenes, algo de lo que Català-Roca, siempre abierto a las innovaciones técnicas, era partidario. "El problema es que de momento no hay acuerdo internacional sobre cuál es el mejor sistema para almacenar digitalmente las imágenes con la máxima precisión", afirmó Andreu Català. "Esto, en cierta manera, nos tiene paralizados porque las nuevas tecnologías avanzan tan rápidamente que aún no se han creado los estándares necesarios".

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Lo que está claro es que los negativos tradicionales tienen un plazo de vida corta. "De momento no hay problema porque tenemos entre 20 y 30 años antes de que los negativos pierdan fuerza, por lo que nos podemos dedicar a ordenar y aprender".

Respecto a la numerosa obra inédita que dejó Català-Roca -tenía un armario con series fotográficas que se había autoencargado-, sus herederos querrían irlas publicando con el tiempo. Ésta sería la verdadera antológica, una colección de libros temáticos que reflejarían sus otros trabajos. "El libro sobre Nueva York, que estaba hecho en un 75%, tenemos la instrucción de no publicarlo hasta el año 2020. Era lo que él quería. Pensaba que el tiempo siempre juega a favor del fotógrafo", añade. No en vano, Català-Roca se consideraba un fotógrafo del siglo XXI.

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