Las familias vascas con un solo progenitor aumentan un 21% en cinco años

Cada vez más padres y madres solos viven con hijos a su cargo. Es lo que se conoce como familias monoparentales, una realidad que crece de forma muy rápida debido a las grandes transformaciones sociales que se están experimentando. Así, entre 1991 y 1996 (últimos censos de población y vivienda) este tipo de familias integradas por mujeres u hombres solteros, divorciados, separados o viudos creció un 21,6% en Euskadi. En total, existen 83.555 familias monoparentales, lo que supone un 14,46% del total de núcleos familiares de la comunidad autónoma, porcentaje similar al de la UE.

El riesg...

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Cada vez más padres y madres solos viven con hijos a su cargo. Es lo que se conoce como familias monoparentales, una realidad que crece de forma muy rápida debido a las grandes transformaciones sociales que se están experimentando. Así, entre 1991 y 1996 (últimos censos de población y vivienda) este tipo de familias integradas por mujeres u hombres solteros, divorciados, separados o viudos creció un 21,6% en Euskadi. En total, existen 83.555 familias monoparentales, lo que supone un 14,46% del total de núcleos familiares de la comunidad autónoma, porcentaje similar al de la UE.

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El riesgo de pobreza en estas familias es muy alto, dado que sólo uno de cada cuatro padres o madres con una familia monoparental a su cargo tienen trabajo remunerado. Además, al producirse la ruptura de la pareja tradicional, una de las partes sufre de manera especial la falta de ingresos, lo que conlleva el empobrecimiento de la unidad familiar, que se suele agravar con la precariedad de la vivienda y la falta de patrimonio. Un reciente estudio financiado por la Universidad del País Vasco y por el Instituto Vasco de la Mujer prevé que para el 2010 por cada dos o tres matrimonios que se celebren se producirá una separación. Esto supone un notable incremento de las separaciones con respecto al número de matrimonios. En el periodo comprendido entre 1981 a 1996 se registró tan solo una separación por cada siete matrimonios que se celebraron.El consejero de Justicia, Trabajo y Seguridad Social, Sabin Intxaurraga, presentó ayer ante la comisión de Trabajo del Parlamento un estudio que contiene la radiografía de la situación de las familias monoparentales en Euskadi. Intxaurraga alertó del riesgo de pobreza que sufren y se comprometió a elaborar un plan de ayudas para ellas.

Dentro de este colectivo se distinguen tres perfiles entre los cabezas de familia: el 65% son mujeres entre 35 y 65 años, sin estudios, ocupadas en el cuidado de su familia y sin trabajo remunerado; un 20% son mujeres con estudios medios o superiores, entre los 35 y 65 años, y poseen empleos asalariados bien cualificados; y el 15% restante son hombres, entre 35 y 65 años, mayormente viudos, con estudios primarios y que generalmente tienen un trabajo asalariado de baja cualificación. Así, un 85% de las familias monoparentales están presididas por una mujer, justamente la tendencia opuesta al modo en que se estructura la población en general, donde más del 80% de los núcleos familiares están encabezados por hombres.

Las mujeres, más afectadas

El mayor crecimiento en las familias monoparentales en el periodo 1991-1996 se ha producido en los núcleos con una madre de 30 a 45 años, lo que significa que el fenómeno afecta cada vez más a la población femenina en plena edad laboral. Casi una tercera parte de ellas están separadas de sus cónyuges o son solteras.

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Mientras que más de la mitad de los cabezas de familia de Euskadi disfrutan de una ocupación laboral, sólo la cuarta parte de quienes rigen una familia monoparental tiene trabajo remunerado. Si se pone en relación estos datos con los de la Unión Europea, se comprueba que el porcentaje de mujeres a cargo de familias monoparentales que disponen de una ocupación laboral pagada en la UE es del 68% frente al 84% que presentan los hombres en la misma situación, mientras que en la comunidad autónoma esta diferencia se agranda y la tasa de hombres a cargo de familias monoparentales ocupados laboralmente casi duplica a la de las mujeres.

La viceconsejera de Asuntos Sociales, Ángeles Iztueta, quien acompañó a Intxaurraga en la presentación del estudio en la comisión, destacó la dificultad añadida que tienen las madres de una familia monoparental para compaginar vida laboral y doméstica, y llamó la atención sobre la necesidad de apoyo psicológico que precisan muchas veces.

Fondo para el impago de pensiones

El empobrecimiento económico que supone en la mayor parte de los casos romper el matrimonio se ve agravado por el impago de las pensiones por una parte de la pareja. Según la Federación Vasca de Madres y Padres Separados, de 25.000 casos de separación, en unos 12.000 se producen irregularidades en el cumplimiento de las pensiones alimenticias. El consejero Intxaurraga adelantó ayer en la comisión que espera elaborar en el plazo de un año un proyecto de ley para que el Gobierno cree un fondo de garantía para solucionar el impago de las pensiones alimenticias por parte de progenitor al que le corresponda realizar dicho abono. Tomando como punto de partida un antiguo proyecto del Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde, el Departamento de Trabajo espera contar con el apoyo de los grupos de la oposición para esta iniciativa.Intxaurraga aclaró que "se trata de que aquellas personas que están en situación de divorcio o separación tengan la garantía de cobrar el dinero que les corresponde". "El Gobierno se lo adelantaría y luego, cuando los afectados cobren la pensión, el dinero revertiría en la Administración", precisó.

Por otra parte, el consejero también adelantó que esta misma semana tiene previsto reunirse con los responsables de Bienestar Social de las tres diputaciones para ir perfilando un plan interinstitucional destinado a paliar las bajas tasas de natalidad de Euskadi, las menores de Europa. Entre otras medidas de apoyo a las familias con hijos, Intxaurraga destacó el acceso a las guarderías, la flexibilización de las jornadas de trabajo, beneficios fiscales y el impulso de contratos indefinidos a tiempo parcial para facilitar la permanencia de las mujeres que opten por la maternidad en el mundo laboral.

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