El final de un trasvase

El polémico trasvase Picadas-Valmojado entrará en funcionamiento dentro de una semana. El agua del madrileño embalse de Picadas, que alimenta la red del Canal, llegará también así a la sedienta comarca toledana de La Sagra, en la que viven cerca de 200.000 personas. Tras casi cuatro años de enfrentamientos judiciales, la Confederación Hidrográfica del Tajo ha conseguido acabar las obras. La conducción fue paralizada en varias ocasiones por orden judicial, porque atravesaba zonas de especial protección para las aves (Zepa) y por su "posible incidencia sobre el medio ambiente". La fiscalía de Ma...

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El polémico trasvase Picadas-Valmojado entrará en funcionamiento dentro de una semana. El agua del madrileño embalse de Picadas, que alimenta la red del Canal, llegará también así a la sedienta comarca toledana de La Sagra, en la que viven cerca de 200.000 personas. Tras casi cuatro años de enfrentamientos judiciales, la Confederación Hidrográfica del Tajo ha conseguido acabar las obras. La conducción fue paralizada en varias ocasiones por orden judicial, porque atravesaba zonas de especial protección para las aves (Zepa) y por su "posible incidencia sobre el medio ambiente". La fiscalía de Madrid se querelló contra la Confederación por un presunto delito ecológico.

La decisión de construir esta conducción fue tomada por el Gobierno central en 1995, dada la gran sequía que asolaba el centro peninsular. Para poder terminar las obras en el menor tiempo posible, el Gobierno de José María Aznar eximió los trabajos de la necesaria declaración de impacto.

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Pero la falta de lluvias acabó y lo que era una obra de urgencia se convirtió en un lío judicial. Los propietarios de las tierras que atravesaba la tubería reclamaron entonces un estudio ambiental que determinase los daños que la obra ocasionaba en el medio ambiente. Argumentaron que si ya no había urgencia, el informe era obligatorio. Finalmente, los jueces se inclinaron a favor de la Confederación. Su presidente, José Antonio Llanos, siempre argumentó que las obras sólo buscaban llevar agua a una comarca falta de recursos hídricos, no dañar a la naturaleza.

Ayer, el consejero de Obras Públicas de Castilla-La Mancha, Alejandro Gil, anunció que la culminación era ya cuestión de días.

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