La recepción del Dos de Mayo reúne a más de mil invitados de la política y el espectáculo

Madrid vivió ayer su día grande. La celebración del Dos de Mayo, fiesta de la Comunidad, reunió en la Casa de Correos a más de mil personas invitadas por el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón. Desde el actor Tony Leblanc hasta el ministro Rodrigo Rato. Una novedad: no hubo discursos ni del presidente ni del alcalde. En la Puerta del Sol, miles de madrileños aprovecharon el buen tiempo con que se presentó la mañana para asistir al desfile que conmemora la sublevación del pueblo, en ese mismo sitio, otro 2 de mayo, el de 1808, contra el Ejército francés.

Todos (empresarios, artis...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Madrid vivió ayer su día grande. La celebración del Dos de Mayo, fiesta de la Comunidad, reunió en la Casa de Correos a más de mil personas invitadas por el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón. Desde el actor Tony Leblanc hasta el ministro Rodrigo Rato. Una novedad: no hubo discursos ni del presidente ni del alcalde. En la Puerta del Sol, miles de madrileños aprovecharon el buen tiempo con que se presentó la mañana para asistir al desfile que conmemora la sublevación del pueblo, en ese mismo sitio, otro 2 de mayo, el de 1808, contra el Ejército francés.

Todos (empresarios, artistas, consejeros, concejales, sindicalistas, periodistas, religiosos, guardias civiles) esperaron cola con calma en la entrada de la Casa de Correos. Sólo la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, rompió, con sus guardaespaldas a modo de ariete, la aparente armonía que vivía la masa de invitados en las aceras de la Puerta del Sol. Y se coló. No estaba dispuesta a aguardar turno lo mismo que cualquier otro invitado. "Pues si no le gusta esperar, que no venga. Ni don Marcelino [Oreja, ex ministro de UCD] ni Juan Carlos Rodríguez Aparicio [ministro de Trabajo] se han colado", se quejó una de las asistentes. Tampoco Jesús Posada, ministro de Agricultura y Pesca, tuvo reparos en aprovechar el hueco abierto por los guardaespaldas de Aguirre y, a rebufo de la presidenta del Senado, pudo colarse también en el edificio. Los policías de la puerta les dejaron pasar sin oponer resistencia. Cara de 'Tómbola'

Al fondo de la escalera de acceso se apostaba una nube de fotógrafos. Entre ellos, uno que no se sabía si había acudido en su condición de famoso o en su condición de periodista especializado en asuntos del corazón: Jesús Mariñas, colaborador habitual de Tómbola, uno de los programas más criticados por algunos de los políticos que compartieron canapé con él.

Mariñas, cámara al cuello, habló, entre otros, con la actriz Sara Montiel y con la cantante Paquita Rico, que pasó buena parte de la celebración sentada en una silla, ejerciendo de epicentro inmóvil de su corrillo, frecuentado también por Manuel Parada, presentador de Cine de barrio.

A las 13.30 ya estaba todo el mundo dentro de la Casa de Correos, entre los que se contaban, entre otros, los actores Álvaro de Luna, Paco Valladares o Victoria Vera, o cantantes como Javier Gurruchaga. También acudieron ministros: Rodrigo Rato (Economía), Celia Villalobos (Sanidad) o Juan Carlos Aparicio (Trabajo).

Tres asuntos centraron buena parte de las conversaciones: la reciente y aún inexplicable escalada del ozono troposférico en la región, las consecuencias del nuevo Gobierno de José María Aznar y la renuncia de Ruiz-Gallardón a dar este año un discurso marcial frente a las tropas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En anteriores ediciones, el alcalde, José María Álvarez del Manzano, y el presidente regional se dirigían a los madrileños concentrados en la Puerta del Sol fieles a su estilo personal: el de Ruiz-Gallardón, más sobrio y comedido; el del alcalde, improvisado y más exaltado -tanto, que hace dos años los gritos del regidor, ampliados por un equipo de megafonía potente, espantaron a las palomas de la Puerta del Sol, que volaban de una esquina a otra de la plaza sin atreverse a posarse en ningún sitio-. El presidente regional, nunca muy afecto a este tipo de arengas, aseguró que la supresión obedeció a que no quería que los soldados aguantaran durante media hora en posición de firmes las palabras de los dirigentes.

También se habló de política en la recepción. Los periodistas persiguieron, sobre todo, a los ministros. A todos se les preguntó por sus nuevos colaboradores, por los nuevos secretarios de Estado, pero los ministros siguieron el ejemplo del presidente del Gobierno, José María Aznar, y guardaron las listas de sus respectivos cuadernitos azules.

Los políticos de la oposición aprovecharon la recepción para reclamar que el próximo año se celebre en la Asamblea de Madrid, en el barrio de Vallecas, y no en el distrito Centro. Ángel Pérez, portavoz de IU, cree que el Parlamento regional es "un foro más representativo" de todos los madrileños. Pedro Sabando, portavoz del PSOE, le apoyó. Si la fiesta se celebrase en la Asamblea, "se facilitaría el conocimiento de su sede de Vallecas a los madrileños".

Los alcaldes tampoco quisieron desaprovechar la ocasión de tener a los consejeros a tiro. Pocas veces se presenta una ocasión tan a mano para pedir. Rafael Pastor (PP), de Gargantilla de Lozoya, se acercó al consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, pidiéndole mejores servicios sanitarios en su municipio de 225 habitantes y un hospital en la sierra norte. Echániz le respondió que cuando la Comunidad tuviera dinero. "Es que aún no hemos recibido las competencias del ministerio", se excusó.

Medalla a Halffter

El compositor y director de orquesta Cristóbal Halffter y un equipo de investigadores especializado en la recuperación de células medulares recibieron ayer las medallas de oro de la Comunidad de Madrid. Un melómano confeso, el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, afirmó, tras entregar la medalla a Halffter, que le complacía hacerlo "no sólo por el valor de lo que ha hecho, sino por lo que le queda aún por hacer".El compositor respondió diciendo que el Madrid del año 2000 "vuelve a ser una capital de la cultura" frente a lo que fue en los años cuarenta, cincuenta y sesenta: "un Madrid ensimismado en su propia vulgaridad provinciana".

Cuando le llegó el turno de justificar la medalla al equipo de investigadores dirigido por la doctora Almudena Ramón-Cueto, Ruiz-Gallardón elogió "el extraordinario trabajo que abre nuevas perspectivas para curar lesiones medulares". Este equipo, que integran científicos del CSIC y de la UNED, logró que ratas parapléjicas volvieran a andar y recuperaran la sensibilidad.

Archivado En