La grúa retiró casi 17.000 coches menos en los dos primeros meses de este año que en el pasado

La grúa que opera en Barcelona retiró 22.494 coches mal aparcados durante los meses de enero y febrero de este año. Fueron casi 17.000 actuaciones menos que las que se produjeron en el mismo periodo de 1999. No fue la única actuación de control de la indisciplina viaria que disminuyó. Los controles de alcoholemia cayeron en un 80% desde que empezaron las protestas de la Guardia Urbana que, sin embargo, no se ha declarado en huelga. Esta información fue solicitada en la última comisión municipal sobre la vía pública por el grupo de CiU.

El conflicto de la Guardia Urbana ha entrado en vía...

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La grúa que opera en Barcelona retiró 22.494 coches mal aparcados durante los meses de enero y febrero de este año. Fueron casi 17.000 actuaciones menos que las que se produjeron en el mismo periodo de 1999. No fue la única actuación de control de la indisciplina viaria que disminuyó. Los controles de alcoholemia cayeron en un 80% desde que empezaron las protestas de la Guardia Urbana que, sin embargo, no se ha declarado en huelga. Esta información fue solicitada en la última comisión municipal sobre la vía pública por el grupo de CiU.

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El conflicto de la Guardia Urbana ha entrado en vías de solución, según aseguró en el último pleno la concejal responsable del área, Carme San Miguel; no obstante, sus efectos se han dejado sentir durante meses sobre la ciudad. El panorama descrito por la oposición es el de una ciudad en la que se ha incrementado la indisciplina: los vehículos de transporte ocupan los carriles reservados para los autobuses; los chaflanes se utilizan como aparcamientos; las motos circulan por las aceras y contra dirección. Pero cuando la oposición denuncia estos problemas pasa por alto que todo ello se hace ante la pasividad absoluta de los encargados de la vigilancia viaria: la Guardia Urbana.Sus actuaciones han caído hasta tal punto que los mandos del cuerpo han empezado a controlar la actuación de los agentes ante la evidencia de que algunos no imponían ninguna sanción, tratando de alcanzar el caos por la vía del "tanto peor (para la ciudad), tanto mejor (para sus reivindicaciones)".

El número de vehículos retirados por la grúa ha descendido de 39.112 en los dos primeros meses de 1999 a sólo 22.494 en el mismo periodo de este año. Los controles de alcoholemia también han bajado. En 1999 fueron 4.696; este año, 976.

Los puntos más agudos del conflicto se produjeron en la noche del 31 de diciembre y en la última jornada electoral: los guardias se negaron a realizar servicios aduciendo que eran horas extraordinarias. La media de ingresos de los agentes por este concepto se sitúa en unas 40.000 mensuales. No pocos guardias han pedido al Ayuntamiento volver a hacer horas extraordinarias sin que conste y cobrarlas cuando haya pasado el conflicto laboral, pacto que el equipo de gobierno ha rechazado.

Cae la velocidad en Barcelona

La velocidad del tráfico en Barcelona ha bajado hasta los 40 kilómetros por hora, contando también la que alcanzan los vehículos que circulan por las rondas. El descenso es casi continuado desde 1996, cuando se superaron los 46 kilómetros por hora.No ocurre lo mismo en las vías interiores: la velocidad media en este caso se halla situada entre los 16 y los 17 kilómetros por hora y prácticamente estabilizada desde que la inauguración de las rondas desvió buena parte del tráfico que antes ocupaba estas vías de la ciudad.

Los análisis del equipo de movilidad del Ayuntamiento de Barcelona confirman que el tráfico interior no se halla en una situación extrema y que la mayoría de los problemas se inician en los accesos de Barcelona.

En la región metropolitana se realizan diariamente siete millones de desplazamientos de los que 4,8 millones se producen en el interior del anillo que dibujan las rondas. De ellos, el 70% se hacen con medios mecánicos, públicos y privados. El 17% corresponden a movimientos relacionados con la entrega de mercancías y el 45% son de personas que no residen en el interior del perímetro descrito.

Entre los viajes en el interior predominan los realizados con transporte público, el 38%, frente a los de vehículo privado, el 26%. El 36% restante se hace a pie.

No obstante, estos porcentajes son diametralmente opuestos en los movimientos de entrada y salida a la ciudad. El primer teniente de alcalde de Barcelona, Xavier Casas, sostiene que la falta de inversión en transporte público en el conjunto del área metropolitana se halla en la base de este problema que acaba por colapsar diariamente los accesos a Barcelona.

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