Entrevista:Romano ProdiPresidente de la Comisión Europea

"Me han pedido que vuelva a Italia, pero ni siquiera he tenido la tentación"

Convencido, pese a las críticas, de que la actual Comisión Europea va a hacer historia con la nueva ampliación, su presidente, Romano Prodi, pide al nuevo Gobierno de José María Aznar que mire la historia de España y aplique su experiencia, porque el "interés nacional no choca con la construcción europea"El presidente de la Comisión Europea, el italiano Romano Prodi, pasó ayer por Bilbao para inaugurar en el Museo Guggenheim un encuentro de la Academia Europea de las Ciencias y Artes sobre los nuevos desafíos de Europa. Con 60 años y siete meses en el puesto, sigue aspirando a liderar la refor...

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Convencido, pese a las críticas, de que la actual Comisión Europea va a hacer historia con la nueva ampliación, su presidente, Romano Prodi, pide al nuevo Gobierno de José María Aznar que mire la historia de España y aplique su experiencia, porque el "interés nacional no choca con la construcción europea"El presidente de la Comisión Europea, el italiano Romano Prodi, pasó ayer por Bilbao para inaugurar en el Museo Guggenheim un encuentro de la Academia Europea de las Ciencias y Artes sobre los nuevos desafíos de Europa. Con 60 años y siete meses en el puesto, sigue aspirando a liderar la reforma de la Unión Europea (UE) y la ampliación al Este, que va suponer un aumento de población del 30% y de renta de un 9%. Rechaza las críticas a su gestión y pide una Europa "delgada y ágil", descentralizada, en la que las regiones sean escuchadas. Pregunta. ¿La ampliación de la Unión Europea va a implicar tener una Comisión enorme?

Respuesta. No. Sólo la dimensión de la Comisión es importante; también saber si las decisiones se van a tomar por mayoría o por unanimidad. Para la próxima cumbre intergubernamental, la propuesta es dejar ambas opciones abiertas. Podemos elegir entre una comisión pequeña, con no más de 20 miembros, o decidir tener un comisario por país. Probablemente los países pequeños se sienten más integrados en Europa y mejor representados si tienen un comisario. Va a ser necesario garantizar esta opción.

P. ¿Cree que va a ganar esta apuesta pese a la oposición?

R. Podemos alcanzar un acuerdo. Con tal cantidad de países no se puede continuar con las reglas actuales.

P. Tras siete meses en el puesto, ha sido objeto de duras críticas. ¿Vive la UE en crisis?

R. ¿Por qué crisis? La crítica no implica una crisis. Las crisis significan problemas institucionales. La Comisión trabaja bien con el Parlamento e internamente, sin problemas y peleas. Por supuesto, eso no llena periódicos. Estamos cambiando las cosas, contra los hábitos y actitudes, y la reacción es grande y será mayor en el futuro. Espero más críticas. Si no haces nada no recibes críticas.

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P. ¿Considera que cambia cosas pese a la oposición del Parlamento y el Consejo?

R. La única oposición del Parlamento fue al Presupuesto de 1998. Los Gobiernos han hecho pública su declaración de confianza. Entiendo que dentro de la dirección de la Comisión y de las estructuras de los Gobiernos haya críticas, porque hacemos política.

P. ¿Pero con todas estas críticas nunca ha pensado en volverse a Italia? ¿No ha tenido la tentación italiana?

R. No, si uno da la palabra la da. Usted ha usado el término exacto, no he tenido la tentación. Se me ha pedido, por supuesto. ¿Cómo podría volver abandonando un trabajo que he aceptado? Cuando ocupé este cargo hablé con mis amigos y les dije que me incorparaba a la Comisión, pero que debían recordar que no volvería a Italia. Europa es el mayor desafío de la Historia contemporanea. ¿Cómo dejar todo porque aparece una ocasión en tu propio país? Creo que no es justo, ni siquiera con mi propio país.

P. Ha alabado la diversidad europea; sin embargo, en la UE no se acepta la diversidad que llega del sur, de África.

R. Lo primero es ser honestos y explicar por qué vienen. Necesitamos y queremos inmigrantes. Lo segundo es regular su estatus, pero reconociendo sus derechos y deberes. Hay que armonizar las políticas europeas. Pese a Schengen, nadie quiere ceder sus competencias. Para dar tranquilidad y seguridad a nuestros ciudadanos debemos trabajar juntos.

P. Ha asegurado que la crisis del euro responde a su puesta en marcha; sin embargo, el tiempo pasa y Europa pierde.

R. ¿Qué perdemos ahora con el euro? Prestigio y psicología, de acuerdo, pero no perdemos en exportaciones, tampoco aumenta mucho la inflación y la economía crece. No digo que sea mejor que antes, pero, sin duda, no es peor. No me preocupa.

P. Siempre se ha dicho que el Gobierno de José María Aznar era menos europeísta que sus predecesores; considera que el nuevo Gobierno español puede jugar un gran papel en la ampliación de la UE.

R. Por supuesto. El papel de España es esencial. Recuerdo que cuando pidió entrar en la UE todo el mundo se quejaba. España ahora es mejor por estar en Europa, pero Europa es mejor por contar con España. Es un círculo vicioso. Espero que el Gobierno español mire a su propia experiencia, la aplique a la ampliación y comprenda el interés común, el momento. No existe una contradicción entre el interés nacional y la construcción europea. Es un juego ganador.

P. ¿Siente que su Comisión va a pasar a la historia con la ampliación?

R. Sí. La ampliación es el gran desafío. Hay otros desafíos, la reforma de las instituciones, pero la ampliación no sólo afecta al cerebro y al corazón de la gente, también a la imaginación. Europa unida por vez primera en la historia de forma pacífica bajo la democracia ya no es un sueño. La alternativa es terrible. Si no lo hacemos no será sin precio, sin resentimiento, rabia, tensiones, volveremos de nuevo al pasado. ¿Podemos? Éste es el desafío de la Comisión. Es un trabajo enorme y complicado.

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