Rajoy rechazó la portavocía para centrarse en coordinar el Ejecutivo
El vicepresidente primero del Gobierno y ministro de la Presidencia, Mariano Rajoy, declinó unir a su nuevo cargo la Portavocía del Ejecutivo. José María Aznar estaba predispuesto a cedérsela, pero el nuevo hombre fuerte del Gobierno prefirió limitar sus funciones a la coordinación de la acción interna del Gabinete y al desarrollo de sus compromisos programáticos y ceder a otra persona la explicación a la opinión pública de las tareas gubernamentales.
Esta decisión de Rajoy ha condicionado la estructura del Gobierno con la creación del nuevo Ministerio del Portavoz, cuyo titular es Pío ...
El vicepresidente primero del Gobierno y ministro de la Presidencia, Mariano Rajoy, declinó unir a su nuevo cargo la Portavocía del Ejecutivo. José María Aznar estaba predispuesto a cedérsela, pero el nuevo hombre fuerte del Gobierno prefirió limitar sus funciones a la coordinación de la acción interna del Gabinete y al desarrollo de sus compromisos programáticos y ceder a otra persona la explicación a la opinión pública de las tareas gubernamentales.
Esta decisión de Rajoy ha condicionado la estructura del Gobierno con la creación del nuevo Ministerio del Portavoz, cuyo titular es Pío Cabanillas. Aznar tenía la opción de nombrar para ese cargo al secretario de Estado de Comunicación, Pedro Antonio Martín Marín, el número dos del anterior portavoz del Gobierno, Josep Piqué, pero Martín ya había manifestado reiteradas veces su desinterés hacia un cargo de estas características.Aznar ha pensado para Martín Marín otro puesto, el de sucesor del nuevo ministro portavoz, Pío Cabanillas, como director de RTVE. Martín Marín, elegido diputado por Madrid en las elecciones del 12-M, y secretario de Estado de Deportes en la primera mitad de la legislatura, antes que secretario de Comunicación, ha pedido tiempo para pensar su decisión. RTVE dependerá del Ministerio de la Presidencia.
La Vicepresidencia Primera del Gobierno tendrá una Secretaría de Estado, la de Relaciones con las Cortes, cuyo titular es José María Michavila. Rajoy aún no ha decidido si le mantendrá en este cargo o si se llevará a La Moncloa a su eterno número dos y hombre de confianza, Jorge Fernández, que le acompañó como secretario de Estado en el Ministerio de Administraciones Públicas, en el Ministerio de Educación y Cultura y en su etapa como responsable del área autonómica del PP, en la oposición.
Esta decisión la adoptará Rajoy la próxima semana y lo mismo sucederá con el conjunto del Gobierno, que tendrá que acordar sus segundos niveles en el próximo Consejo de Ministros. José María Aznar ya ratificó ayer a su director de Gabinete, Carlos Aragonés. y lo mismo sucederá con su secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos.
Otra cuestión llamativa es el nombramiento como ministro de Hacienda de Cristóbal Montoro, que fue secretario de Estado de Economía en el anterior Gabinete. El secretario de Estado de Hacienda ha sido Juan Costa y era el teórico destinatario para este puesto. Fuentes gubernamentales apuntan que Costa ha pagado las consecuencias de la decisión de Aznar de presentar un Gobierno templado. Sobre Costa pesan las tensiones generadas en su gestión, como fue el caso de la Agencia Tributaria, con motivo de la denuncia contra el anterior Gobierno socialista de haber eximido del pago de impuestos a "amigos" del Ejecutivo.
Costa, que permanece como diputado al Congreso por Castellón, mantiene la confianza del vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, que lo recuperará para otras tareas, aunque por esta vez no lo ha reenganchado como ministro. En contraste, el anterior secretario de Estado de Presupuestos, José Folgado, fue nombrado ayer secretario de Estado de Economía, Energía y pequeña y Mediana Empresa.
Al ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, también se le plantea complicada la continuidad de la secretaria de Asuntos Sociales en funciones, la sevillana Amalia Gómez, que anunció antes de la celebración de las elecciones que no continuaría en su cargo.