Tribuna:EL BALCÓN

Inciensos y esmaltes

TEREIXA CONSTENLAEn la página creada por Francisco Rodríguez Bergali en Internet sobre la Semana Santa sevillana, en el apartado de anécdotas, figura una que refleja la profesionalidad de algunos cofrades, que se esfuerzan en preservar ciertas normas para mantener a salvo la ortodoxia. Algunos se esfuerzan hasta lo quisquilloso: el diputado de una hermandad, instantes antes de arrancar la procesión, pidió a las nazarenas que les mostrasen las manos para comprobar que ninguna llevaba las uñas pintadas, como exigía la hermandad.

Una de ellas le interpeló sobre qué hubiera hecho si alguna ...

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TEREIXA CONSTENLAEn la página creada por Francisco Rodríguez Bergali en Internet sobre la Semana Santa sevillana, en el apartado de anécdotas, figura una que refleja la profesionalidad de algunos cofrades, que se esfuerzan en preservar ciertas normas para mantener a salvo la ortodoxia. Algunos se esfuerzan hasta lo quisquilloso: el diputado de una hermandad, instantes antes de arrancar la procesión, pidió a las nazarenas que les mostrasen las manos para comprobar que ninguna llevaba las uñas pintadas, como exigía la hermandad.

Una de ellas le interpeló sobre qué hubiera hecho si alguna mujer se hubiera saltado la norma. ¿La habría expulsado de la procesión?, interrogó. El diputado, que probablemente sonreiría, sacó de sus bolsillos un trocito de algodón y un frasco de quitaesmaltes para resolver la duda. Diligencia y profesionalidad. Aunque hay de todo, claro; cofradías rígidas y cofradías laxas; nazarenos que no apagan el móvil ni durante la penitencia; y otros que no rompen el silencio ni clavándose un cristal en los pies.

Igual que los inciensos y las velas, que no son todos iguales. Hay velas promesa y velones santísimo; incluso hay ceras económicas en tiendas especializadas. Entre los inciensos no se deben confundir los místicos, que desprenden un aroma ácido y penetrante; con el floral o el pontifical, apropiado, según los expertos, para acompañar las procesiones de estas fechas. Entre las variedades aromáticas cofrades existen subespecialidades: el palio, el cristo y el pasión.

A la hora de limpiarlas, sin embargo, todas las ceras sagradas son iguales. Pasada la fecha se uniformizarán bajo el chorro de agua fría a presión de los operarios del servicio de limpieza de Sevilla, que se entregarán durante 22 días a desprender la cera del pavimento para seguridad de los automovilistas.

Después de tanto cirio, hacer que las cosas vuelvan a la normalidad tiene un precio. En el caso de las calles sevillanas, donde la peligrosidad es directamente proporcional al número de penitentes que hayan circulado por ellas, arrancar la cera costará 4,5 millones de pesetas, según cálculos municipales. Tantos años de experiencia ha permitido que los operarios establezcan un baremo sobre el grado de peligrosidad. A partir de 3.000 penitentes, calle de alto riesgo.

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