Berlusconi prepara su asalto al poder con la 'fórmula Aznar' El líder de la derecha italiana promete un recorte fiscal ante las próximas elecciones

El tiempo corre deprisa para Silvio Berlusconi, líder de la coalición de centro-derecha italiana y gran empresario de la televisión privada nacional. La maquinaria electoral del Polo se ha puesto en marcha a ritmo trepidante con la mira puesta no tanto en las elecciones regionales del próximo 16 de abril como en las legislativas, previstas para el año 2001, pero susceptibles de ser anticipadas. Berlusconi aspira a ganarlas, y por eso acosa al adversario con un Gabinete en la sombra integrado por 12 ministros y un programa económico a la española.

Berlusconi quiere sacarse la espina de s...

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El tiempo corre deprisa para Silvio Berlusconi, líder de la coalición de centro-derecha italiana y gran empresario de la televisión privada nacional. La maquinaria electoral del Polo se ha puesto en marcha a ritmo trepidante con la mira puesta no tanto en las elecciones regionales del próximo 16 de abril como en las legislativas, previstas para el año 2001, pero susceptibles de ser anticipadas. Berlusconi aspira a ganarlas, y por eso acosa al adversario con un Gabinete en la sombra integrado por 12 ministros y un programa económico a la española.

Berlusconi quiere sacarse la espina de su fracasada y breve experiencia de Gobierno, en 1994, y ha amenazado al Ejecutivo con una frase que él mismo sabe que no se cumplirá: "Si el Gobierno pierde en las regionales tendrá que marcharse".La famosa ripresa (recuperación) de la economía italiana ha aparecido al final lenta pero segura, ofreciendo un salvavidas al que agarrarse al Gobierno de centro-izquierda que preside el ex comunista Massimo D'Alema. Los informes del Fondo Monetario Internacional (FMI) dan por seguro un crecimiento económico superior al 2% en el año en curso y ofrecen garantías de una recuperación imparable de aquí al 2020. Pero el balón de oxígeno que representan estos datos llega algo tarde para el Ejecutivo del Olivo renovado, que a un año del fin de la legislatura aparece sin fuelle, afónico después de interminables disputas de liderazgo.

Cita el 16 de abril

Si los síntomas de fatiga que ha dado ya el electorado de centro-izquierda en elecciones parciales se repiten en la cita del 16 de abril, Berlusconi está dispuesto a utilizar toda la artillería pesada para reconquistar el Palazzo Chigi. Sus principales colaboradores trabajan desde hace meses en la redacción de un programa de Gobierno, bajo la dirección de Giulio Tremonti, que recoge algunas de las recetas españolas. Un programa que se sustenta sobre la promesa de supresión de los impuestos para los ciudadanos con ingresos bajos. El Polo promete además la abolición del impuesto de sucesión y el fin de los convenios colectivos de ámbito nacional.

Lo que puedan opinar los sindicatos, que tan difícil le hicieron la vida cuando presidía el Ejecutivo, no parece importarle ahora a Berlusconi. "Ha pasado mucho tiempo desde entonces y muchas posiciones han cambiado", alega el líder del Polo. "Poco a poco y con mucha paciencia intentaremos convencerles. Lo que queremos repetir, sustancialmente, es lo que han hecho británicos y españoles, que han sido capaces de colocar a sus respectivos países a la vanguardia de Europa".

La oferta se completa con varias propuestas populistas, la más sonada de las cuales es la que ha presentado esta semana de la mano de su recuperado aliado electoral, el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, en materia de inmigración. El tándem Berlusconi-Bossi propone, por la vía de la iniciativa popular, la derogación de la actual ley de inmigración y un reajuste importante de la normativa para entrar en el país. Las fronteras italianas se abrirán únicamente para aquellos trabajadores extranjeros provistos de contrato de trabajo y los centros de acogida -donde ahora se recluye a los inmigrantes sin papeles- serán sufragados por los empresarios que acepten esta mano de obra ilegal.

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Puesto a seguir modelos, apuntan malévolamente los partidos del centro-izquierda, el líder del Polo se inspira en esta iniciativa en el "modelo austriaco de Haider".

División entre carabineros

Antonio Savino, presidente de la Unión Nacional del Arma de Carabineros y miembro destacado del cuerpo, confesó ayer haber entregado a la agencia de noticias italiana Ansa el polémico documento del coronel Antonio Pappalardo, calificado de "golpista" por la amplia mayoría de los políticos. El documento era conocido en los cuarteles del Arma desde el 19 de enero. Las divergencias internas entre los carabineros sobre la nueva ley, aprobada el jueves, que convierte al cuerpo en la cuarta fuerza armada de Italia, han jugado, al parecer, un papel fundamental en el caso que ha provocado una polémica de considerables proporciones en Italia. Savino, un duro opositor a la ley, declaró en una entrevista a la televisión privada italiana Canal 5 que el texto del documento en el que el líder del principal sindicato de carabineros (Cocer), Antonio Pappalardo, llamaba a los carabineros a crear "un nuevo Estado", fue enviado a la agencia dos días antes de que fuera difundido por ésta. La intención de Savino era bloquear la aprobación en el Senado de la nueva ley. Sin embargo, no logró su objetivo, entre otras cosas, porque el documento, tachado después de "golpista" y "subversivo", no fue difundido hasta que la ley no estuvo aprobada. De otro lado, el caso Pappalardo, sobre el que el ministro de Defensa, Sergio Mattarella, intervendrá mañana en el Senado, provocó ayer un intercambio de descalificaciones. Berlusconi acusó ayer al Ejecutivo de haber mantenido una actitud "blanda".

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