La matanza de 35 civiles en Cachemira enturbia el primer día de la visita de Clinton a India

El asesinato de al menos 35 sijs el lunes por la noche en el sur de Cachemira persiguió ayer al presidente de EEUU, Bill Clinton, durante su primer día de visita oficial en India. Unos diez hombres armados y vestidos con uniformes militares obligaron a los habitantes de esta minoría religiosa de la aldea de Chatisingphura, en la parte india de la región de Cachemira, a salir de los templos y de sus casas, los alinearon en la calle y los fusilaron. Nadie reivindicó el atentado. Clinton instó a India y Pakistán a reabrir negociaciones para acabar con sus disputas en esta región fronteriza.
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El asesinato de al menos 35 sijs el lunes por la noche en el sur de Cachemira persiguió ayer al presidente de EEUU, Bill Clinton, durante su primer día de visita oficial en India. Unos diez hombres armados y vestidos con uniformes militares obligaron a los habitantes de esta minoría religiosa de la aldea de Chatisingphura, en la parte india de la región de Cachemira, a salir de los templos y de sus casas, los alinearon en la calle y los fusilaron. Nadie reivindicó el atentado. Clinton instó a India y Pakistán a reabrir negociaciones para acabar con sus disputas en esta región fronteriza.

Uno de los objetivos de Clinton en su visita al sur de Asia es que ambos países reanuden el diálogo, roto hace un año, para acabar con los enfrentamientos en la Línea de Control, la frontera que se disputan en Cachemira. "De repente, los hombres enmascarados empezaron a disparar. La gente yacía en una piscina de sangre. Yo también recibí un disparo en la pierna. Intenté huir, pero me desmayé". Nanak Singh es uno de los pocos supervivientes de la carnicería, de la que nadie se ha responsabilizado, aunque India y Pakistán se acusan mutuamente. Ashok Bhan, inspector jefe de la policía del valle de Cachemira, aseguró que eran mercenarios extranjeros. Por la noche, 2.500 sijs protagonizaron protestas con barras de metal, palos y espadas, y bloquearon las principales avenidas de Jammu, la capital de invierno de Cachemira. La policía decretó el toque de queda para controlar cualquier brote de violencia.

La condena rotunda de este asesinato, que coincide con el primer día de la visita oficial de Clinton a India, fue en lo poco que coincidieron éste y el primer ministro de India en su primer encuentro. Clinton y Atal Behari Vajpayee mostraron su deseo de que la violencia termine en Cachemira. Vajpayee, sin embargo, aclaró que es imposible que EEUU haga de intermediario y que lo único que aceptará es su ayuda para reanudar el diálogo.El Gobierno de India aseguró que no realizará más pruebas nucleares, que no entrará en carrera armamentística con Pakistán y que nunca será el primero en utilizar el arma, pero las diferencias fueron tantas que Clinton ni siquiera le pidió que firme el Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares

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