La lección de Oso Cantor

El indio apache Oso Cantor tuvo que hacer un largo viaje desde lejanas tierras para convencer a un grupo de pequeños estudiantes del colegio público Fernando el Católico de la necesidad de cuidar la naturaleza. Allí, este hombre-medicina de la tribu chiricahua, protagonizó el pasado jueves un mágico encuentro con chavales de seis y siete años que cursan segundo de primaria.Detrás de aquel personaje se escondía Pedro Eizaguirre, un actor vasco que lleva cuatro años recorriendo colegios públicos y privados dando a conocer su mensaje ecológico. Eizaguirre forma parte del grupo de teatro Intrépido...

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El indio apache Oso Cantor tuvo que hacer un largo viaje desde lejanas tierras para convencer a un grupo de pequeños estudiantes del colegio público Fernando el Católico de la necesidad de cuidar la naturaleza. Allí, este hombre-medicina de la tribu chiricahua, protagonizó el pasado jueves un mágico encuentro con chavales de seis y siete años que cursan segundo de primaria.Detrás de aquel personaje se escondía Pedro Eizaguirre, un actor vasco que lleva cuatro años recorriendo colegios públicos y privados dando a conocer su mensaje ecológico. Eizaguirre forma parte del grupo de teatro Intrépido. La idea de caracterizar a un indio para captar la atención de los niños surgió tras la petición de varios colegios que querían alguna actividad lúdica y educativa para los pequeños. Así nació Oso Cantor. La experiencia se llevó a cabo antes en Cantabria y ahora se presenta por primera vez en Madrid.

"¿Cómo será?, ¿hablará español?", "¿se comunicará por señas?", preguntaban una y otra vez varios de los niños que asistieron a la cita, y que, por supuesto, no sabían que se trataba de un actor. Ya antes, la tutora del curso les había preparado para recibir la visita del curioso personaje.

"Yo, amigo. Gran espíritu dice que la tierra es nuestra gran madre, y si la queremos bien tenemos que cuidarla", dijo el indio, ante la mirada encantada de su público. A partir de ahí, los chicos presenciaron en vivo y en directo un conjuro mágico para enviar buenos deseos a la tierra; pudieron, ellos mismos, desplegar su imaginación a través de dibujos y hasta algunos hicieron más de una confesión: "Sí, yo a veces tiro papelitos al suelo, pero después los recojo".

Desde ese momento, todo fueron preguntas para el indio apache. Se oyeron cosas como "¿Los indios tienen enemigos?", ¿y también hay indias?". "¿Todos hacen jao, jao?". Para todos los interrogantes de los chavales Oso Cantor tuvo una respuesta. Pero se lo pensó dos veces cuando una niña preguntó: "¿Por qué tenemos que cuidar a la madre naturaleza y no al padre naturaleza?". "Ése es un misterio que tenemos que resolver", le contestó un tanto desconcertado.

A lo largo de este año, Eizaguirre irá con su personaje y su mensaje a varios colegios públicos de la capital. "Yo normalmente trabajo para adultos, pero esta experiencia ha resultado muy interesante. Creo que el mensaje puede crear futuros activistas medioambientales", comenta.

Como prueba de lo que dice exhibe, orgulloso, una selección de las cartas que ha recibido de los niños a los que ha visitado: "Estoy muy feliz de que nos hayas enseñado a querer a la madre tierra", le escribe el pequeño Diego en su misiva. Y Tania agrega: "Todos los niños y niñas de cuarto de primaria estamos contentos por ayudar a mamá tierra y creemos que ella también lo estará".

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